viernes, diciembre 22, 2023

Encuesta lírica / Los libros de 2023, 32

Silvana Franzetti *


Todos los lugares se llamaban promesa, Raquel Jaduszliwer (Ediciones Ruinas Circulares, 2023):








Te diría también: esta es la hora única.
Como un don recién caído de la serenidad
baja la noche. Asiste plena.
La noche asiste como una medicina,
como el gramo de opio para los heridos,
los cegados perpetuos.
Los encandilados y los pobres de espíritu
recobran la visión, los calma el sueño.
El equilibrio del sonámbulo es certero.
Las flautas y los címbalos reaniman
el mundo de la sombra.

*

No, cómo habrías de negarle al pez sonámbulo
todo abierto al río que lo espera
-su caudal es destino.

Todo a nadie: abierto, todo abierto,
cómo no deberías no negárselo a nadie.

Y el caudal que es la música,
ese caudal a ciegas que nos traen los muertos
llevados por sus tímpanos, cómo no deberías.

Capa por capa la materia ofrece 
a su perfecta notación, a su abstracción pensante
que sin embargo es flecha y lo atraviesa
todo. Así, desde los viejos días en que dormían
los ángeles
y hasta el fin de los tiempos.
No entiendo.
Cómo harías.

*

¿Y qué se hizo del tiempo, esa caída
de un enjambre de hojas y dónde estuve
durmiendo, en qué piedra descansó mi cabeza
mientras se demostraba
la inclinación del mundo por lo póstumo?

Ahora que el pensamiento vuela lo dedico
al resplandor secreto de este otoño
y más en general, al oro de los días.


Nadar en el tiempo. Una invención apócrifa, Osvaldo Picardo (Paradiso Ediciones, 2023):

La esperanza del regreso de los pescadores, 
en Bretaña

Estoy recordando un cuadro, 
es de Henry Moret (1856-1913).

Un grupo de mujeres y también
algunos hombres asoman a un acantilado.
Dan la espalda, miran o han mirado
el oleaje, el diluvio.
Con los pañuelos blancos en las cabezas 
de las mujeres, componen dos remolinos
de voces. ¿Qué pueden estar diciendo?
Una vez que descartaron lo improbable
¿creerán en lo imposible?

Recuerdo oír más que ver el cuadro.
Ni siquiera el arrecife en el centro
parece estar en silencio. Acechante,
emerge con sus tres puntas
en un estallido de pinceladas
que se superponen como el ruido
de las olas martillando las rocas.

¿Qué alcanza a escuchar el ojo
cuando se calla la esperanza?


En la paleta empastada del ojo que lo mira

En la ciudad, a finales de otoño,
casi en invierno, amanece con una niebla fina.

Poco después, el sol naciente la disuelve
en la paleta empastada del ojo que lo mira.

No es fácil convencerse de que hubo niebla
cubriendo la materia concreta.

Casi siempre, logra 
la irrealidad trabajosa de un Monet.

Como si tocara nuestros ojos y volviera la luz
a penetrar toda la dureza de las cosas.

N. del Traductor:
El poema está escrito detrás de una foto en que hay un paisaje costero
de la ciudad de Mar del Plata, Argentina. No hay fecha.


Serbal, Léonce Lupette (Editora de los Bugres, 2023):

ESCORNACABRAS

hay   un   lado
     opuesto
                      con
  domicilio
                  en
    un                médano
          sin            dominio
de   medianeras
las             ventanas
       desafilan            en   el
   filo                   de      la
luz          entre        cada  dos
           de
               un                lado

   nervios   secundarios
    que parten   de   ambos   lados

           o   los   parten

                ambos


YERBATAL

         tal   serbal
nombre   que   no

                             corresponde

       insoletra
une   seule   lettre

                             manquante
                       má cuántes

                                                me   faltarán

       siempre


* Silvana Franzetti (Buenos Aires, 1965). Poeta. Traductora. Publicó los libros de poesía Sujetos a variación, Notas al pie (traducido al alemán por Monika Rinck y Tara Mauritz), Edición bilingüe y Mobile, entre otros. Colabora en la revista digital Op.Cit.

1 comentario: