El gran mal
La cacería comenzó cuando
unas hienas de paso descubrieron
la química
perfecta.
(Esto fue impresionante.)
En la alta noche desfilaron
los Sensibles -los comerciantes y
otros notables poderosos-.
Y un voluntario fue arrojado a los ácidos sudores.
Yo he presenciado esta epidemia,
como un testigo muy viejo,
muy santo y muy enfermo.
de La ciencia natural
Julio Llinás (Buenos Aires, 1929-2018), Poesía argentina, selección del Instituto Torcuato Di Tella, 1963, Universidad de Quilmes, 2010
Ilustración: La cacería nocturna, c.1460, Paolo Uccello
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