He criado un halcón más de un año.
Cuando lo había domado a mi gusto
y le había adornado las plumas con oro
se elevó muy alto y voló a otras tierras.
Aun vi al halcón volar hermoso:
en su pata llevaba la cinta de seda,
en sus plumas brillaba todo rojo y oro...
¡Que Dios junte a quienes se aman de corazón!
...
Estuve hasta muy entrada la noche junto a tu lecho
y por no despertarte, señora, no intenté nada.
- "¡Qué Dios te maldiga por ello!
Yo no era una salvaje jabalina", dijo la mujer.
Cuando lo había domado a mi gusto
y le había adornado las plumas con oro
se elevó muy alto y voló a otras tierras.
Aun vi al halcón volar hermoso:
en su pata llevaba la cinta de seda,
en sus plumas brillaba todo rojo y oro...
¡Que Dios junte a quienes se aman de corazón!
...
Estuve hasta muy entrada la noche junto a tu lecho
y por no despertarte, señora, no intenté nada.
- "¡Qué Dios te maldiga por ello!
Yo no era una salvaje jabalina", dijo la mujer.
Der von Kürenberg (posiblemente entre Baviera y la Alta Austria, mediados del siglo XII), Carlos Alvar, Poesía de trovadores, trouvères y minnesinger, Alianza Tres, Madrid, 1981
Ich zôch mir einen valken mêre danne ein jâr. /dô ich in gezamete als ich in wolte hân /und ich im sîn gevidere mit golde wol bewant, / er huop sich ûf vil hôhe und floug in anderiu lant. // Sît sach ich den valken schône fliegen:/ er fuorte an sînem fuoze sîdîne riemen, /und was im sîn gevidere alrôt guldîn./ got sende si zesamene die gerne geliep wellen sin!
...
- Jô stuont ich nehting spâte vprdînem bette: / do getorste ich dich, frouwe niwet wecken / - Des gehazze got den dînen lîp! / jo enwas ich niht ein eber, sô sprach daz wip
Ilustración: Der von Kürenberg, Codex Manesse o Grosse Heidelberger Liederhandschrift, Biblioteca de la Universidad de Heidelberg
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