lunes, febrero 10, 2014

Louise Labé / Ulises y ningún otro...
















Ulises y ningún otro no habría jamás,
Aun fuese cumplido, de divino aspecto,
Pleno de gracia, honor y de respeto,
Sabido de este afán y de este guay.

Amor, con tus bellos ojos has puesto
En mi inocente pecho una plaga, tal
Guiso de cuya receta tienes el texto,
Que remedio no hallo si tú no lo das.

Oh dura suerte que me hace ser cual
Guija de Escorpio y clamar remedio
Contra el veneno al mismo animal.

Ruego sólo a él ponga fin a este tedio,
A mi deseo no extingas ni des tregua
Que no podrá faltar sin que yo muera

Louise Labé (Lyon, 1525 - Parcieux-en-Dombes, 1566), Elegies, sonnets, debat de la folie et de l’amour, Delmas, París, 1953
Versión y nota de Ángel Faretta

Nota del traductor:
 Este es el soneto primero de la serie de veinticuatro compuesta por Louise Labé y fue escrito directamente en italiano. El culto que su círculo y el de sus contemporáneos de la La Pléyade daban a este idioma y cultura así a como su figura epónima, Petrarca, hace a la escritura como a la intención de este poema inaugural. Puesto que esta atmósfera espiritual más que escuela, era cultora de ese neoplatonismo florentino y anteriormente palermitano -en tiempos del emperador Federico-, más que algo educido de Plotino et. al. Aunque su guía no es tanto Marsilio Ficino o Pico della Mirandola sino ya León Hebreo y sus Diálogos de amor.
Claro que aquí estamos también a las puertas y también algo más allá del dintel del barroco contrarreformista. Por el empleo de imágenes físicas, somáticas, bajas (alimentarias, animales) de consuno a los emblemas míticos y figuras epónimas -como Ulises, por ejemplo.
 La identidad, qué digo la existencia misma de Louise Labé ha sido puesta en duda y directamente tachada, afirmándose que fue una suerte de broma erudita creada por otros poetas, entre ellos Clemente Marot y Maurice Sceve, y que la tal L. L. sería tan solo una cortesana; adelantándose de manera fascinante a lo pergeñado por el poeta judeo argentino César Tiempo con sus Poemas de una…atribuidos a la hetaira porteña Clara Beter.
Tal vez haya influido en este caldo de cultivo, el que su contemporáneo Jean Calvin, conocido luego como Calvino, la apostrofara –sin mediar identificaciones certeras de identidad- muy calvinistamente como “plebeia meretrix”; es decir una puta cualquiera, no sabiendo si ponía el subrayado en “meretrix” o en su conditio de “plebeia”.
Se ha identificado a la misma L. L. como la dama también conocida como “la bella cordelera”, por la profesión de su padre y luego de su esposo. Profesión la de cordelero todavía con status gremial y que implicaba también una aristocracia de oficio.


Non havria Ulysse o qualunqu’altro mai
Piu accorto fù, dal quel divino aspetto
Pien di gratie, d’honor e di rispetto
Sperato quel i sento affani e guai.

Pur, Amor, coi begli ochi tu fatt’hai
Tal piaga dentro al mio innocente petto,
Di cibo e di calor gia tuo ricetto,
Che rimedio non v’e si tu no’l dai.

O sorte dura, che mi fa esser quale
Punto d’un Scorpio, e domandar riparo
Contr’el velèn’ dall’istesso animale.

Chieggio li sol ancida questa noia,
Non estingua el desir à me si caro,
Che mancar non potra ch’i non mi muoia.



4 comentarios:

  1. Como dejó escrito María Negroni en la introducción a la edición de Lumen de 1998, <>

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  2. Estimado Julio: No alcanzamos a entender qué dejó escrito Negroni. Gracias

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    1. Dijo: "Tan lejos de la pompa como del virtuosismo".
      Perdón por no haberlo escrito de forma legible.
      Saludos.

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    2. Está usted disculpado. Saludos

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