Restos
Este es, este es el sillón solitario
donde una vez te sentaste, pusiste
los talones encima de la mesa
para descansar, dijiste, y sí
tus hermosas piernas ante yo aquella vez
en que todavía no llegaba el momento.
Después,
aquí es ahora veo el sillón desierto
y la mesa es la misma, sin embargo
la soledad ha puesto sobre ella un manto
que me lo pongo a ver cómo me queda
y no puede ser de otra manera que como un
sudario.
O tal vez no sea para tanto,
pero es que no sé cómo referirme
a lo que hace con nosotros el tiempo.
Jorge Leonidas Escudero (San Juan, 1920), Atisbos, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2012
Ilustración: Danseuse dans le fauteuil, sol en damier, 1942, Henri Matisse
El tiempo objetivado y sus leyes insoslayables consolidan en este bello poema la intemperie.
ResponderBorrarGracias por regalarnos al gran poeta Escudero. Celia.
Don Escudero es un grande grande. Me gusta la ruptura que hace de la semántica. Lo admiro.Susana.
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