jueves, septiembre 10, 2009

Tápame con tu rebozo



La Llorona

Todos me dicen el negro, Llorona, negro pero cariñoso.
Yo soy como el chile verde, Llorona, picante pero sabroso.

Dicen que no tengo duelo, Llorona, porque no me ven llorar.
Hay muertos que no hacen ruido, y es más grande su penar.

La pena y lo que no es pena, Llorona, todo es pena para mí;
Ayer lloraba por verte, ¡ay Llorona!, y hoy lloro porque te vi.

¡Ay de mí!, Llorona, Llorona, Llorona de un campo lirio;
el que no sabe de amores, Llorona, no sabe lo que es martirio.

Salías del templo un día, Llorona, cuando al pasar yo te vi;
hermoso güipil llevabas, Llorona, que la Vírgen te creí .

No sé qué tienen las flores, Llorona, las flores del campo santo,
que cuando las mueve el viento, Llorona, parece que están llorando.

¡Ay de mí!, Llorona, Llorona llévame al río;
tápame con tu rebozo, Llorona, porque me muero de frío.

Yo te soñaba dormida, Llorona, dormida te estabas quieta;
pero en llegando el olvido, Llorona, soñe que estabas despierta.

Dos besos llevo en el alma, Llorona que no se apartan de mí;
el último de mi madre, Llorona, y el primero que te di .

Dícen que el primer amor, Llorona, es grande y es verdadero
Pero el último es mejor, Llorona, y más grande que el primero.

Cada vez que entra la noche, Llorona, me pongo a pensar y digo:
De que me sirve la cama, Llorona, si tu no duermes conmigo.

¡Ay de mí!, Llorona, Llorona tú eres mi shunca.
Me quitarán de quererte, llorona, pero de olvidarte, nunca.

A un santo Cristo de fierro, Llorona, mis penas le conté yo.
Cuáles no serían mis penas, Llorona, que el Santo Cristo lloró.

Porque te quiero quieres, Llorona, quieres que te quiera más.
Si ya te he dado la vida, Llorona, qué más quieres. Quieres más.

Anónimo mexicano


Nota: Son istmeño, de número indeterminado de estrofas, cuya elección hace el intérprete.

Ilustración: Retrato de Angélica, 1947, David Alfaro Siqueiros

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