viernes, septiembre 11, 2009

Alberto Girri / De "Elegías italianas", 2



Túmulos

que penden, absortos,
enhebrados
a la más vieja de las Italia
y respiran
eso mismo que encierran, lo oculto,
el instinto
que en el etrusco indujo
al misterio, a replegarse
en el frescor de las ciudades
pensadas como rituales,
plegarias, laberintos,
una lengua irreductible, sin clave,
protección
contra toda súplica de luz
y de memorias.
El viandante
no se da cuenta,
ve apenas
las herbosas superficies,
lagartos
filtrándose por las hendeduras
de la tierra, oscuramente
promiscua tierra,
solamente oye
algún grito que viene del valle,
que lo reclama
y pasa sin reconocer
cómo la inmutable
sonrisa vagando en cada muerto
acalla, flor para siempre, la dura
fugacidad de los días,
el apetito de ultratumba, el miedo.

Alberto Girri (Buenos Aires, 1919-1991), Elegías italianas, Editorial Sur, Buenos Aires, 1962

Ilustración: Detalle de un fresco en una tumba etrusca, Necrópolis Etrusca, Tarquinia, Viterbo

1 comentario:

  1. "...el apetito de ultratumba..." Glorioso ese final (y el resto, por supuesto).

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