jueves, septiembre 17, 2009

Thomas McCarthy / Los trenes detenidos






 y pensé qué maravilloso perder
las conecciones de uno;
pronto voy a perderlas
para siempre

Louis MacNeice: The Strings are False










Por las ventanas de los trenes detenidos
se puede juzgar la labor artística de nuestra pobre República.
Las prominentes ruinas que hacen que Limerick Junction
se parezca a Dresde en 1945
y los vagones desvencijados en Mallow Station,
los desvíos herrumbrados en Charleville,
costaron años de pensamiento independiente.
Toma décadas destruir un sistema
de estaciones. Por otro lado, unas pocas
señales bien puestas pueden destruir todo
un modo de vida, una red de felicidad.
¡Esta es nuestra propia República! O Memoria,
O Patria, la vergüenza de empalmes silenciados.
El tiempo supo que arrancábamos los rieles, que vendíamos
boletos de emigrantes llegando incluso a dejar vacía
la boletería. Los trenes detenidos
del futuro fueron puestos contra un paredón.

Dos gallinas picotean semillas de la luminosa plataforma,
gallinas se asan en el señalero.
Los carteles bilingües que causaron un debate en el Senado
fueron arrancados y usados como puertas:
ahora es el fin del verano en esta estación muerta.
Cuando tenía doce años sacaron los rieles.
Ahora sólo está el espectro de mi padre,
de pie cerca del hangar con su espectral
valija. Cuando me ve caminar hacia él
se trastorna. ¡No pares aquí!, grita.
¡Sigue, sigue! Este lugar está muerto.

Thomas McCarthy (Cappoquin Co. Waterford, 1954), Poesía irlandesa contemporánea, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1999
Versión de Jorge Fondebrider


The standing trains

…and I thought how wonderful to miss/ one's connections;/ soon I shall miss them/ all the time

Louis MacNeice: The Strings are False

From the windows of a standing train/ you can judge the artwork of our poor Republic./ The prominent ruins that make Limerick Junction/ seem like Dresden in 1945/ and the beaten-up coaches at Mallow Station,/ the rusted side-tracks at Charleville,/ have taken years of Independet though./ It takes decades to destroy a system/ of stations. On the other hand, a few/ well-placed hand-signals can destroy a whole/ mode of life, a network of happiness./ This is our own Republic! O Memory,/ O Patria, the shame of silenced junctions./ Time knew we'd rip the rails apart, we'd sell/ emigrant tickets even while stripping/ the ticket-office bare. The standing trains/ of the future were backed against a wall.// Two hens peck seed from the bright platform,/ hens roost in the signal-box./ Bilingual signs that caused a debate in the Senate/ have been unbolted and used as gates:/ it's late summer now in this dead station./ When I was twelve they unbolted the rails./ Now there's only the ghost of my father,/ standing by the parcel-shed with his ghostly/ suitcase. When he sees me walking towards him/ he becomes upset. Don't stop here! he cries/ Keep going, keep goin g! This place is dead.


Foto: McCarthy  Munster Literature Centre

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