Bromuro
Burlando con frecuencia el vasallaje
de la tutela familiar en juego,
nos dimos citas, a favor del ciego
azar, en el jardín, tras el follaje...
Frutó de aventura tu aéreo traje,
sugestivo de aromas y de espliego...
y evaporada entre mis brazos, luego,
soñaste mundos de arrebol y encaje...
Libres de la zozobra momentánea
-sin recelarnos de emergencia alguna-
en los breves silencios, oportuna
te abandonabas a mi fe espontánea;
y sobre un muro, al trascender, la luna
nos denunciaba en frágil instantánea.
Julio Herrera y Reissig (Montevideo, 1875-1910), Las lunas de oro, O.M. Bertani, Editor, Montevideo, 1915
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Ilustración: Herrera y Reissig por Matías Bergara, en Antología, Estuario Editora, Montevideo, 2010
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