viernes, agosto 29, 2008

Abd al Aziz / Petición de un halcón


¡Oh rey, cuyos padres fueron altaneros y del más egregio rango!

Tú, que adornaste mi cuello con el collar de tus favores,
grandes como perlas y engarzados como las perlas en el hilo,
adorna ahora mi mano con un halcón.

Hónrame con uno de límpidas alas, cuyo plumaje
se haya combado por el viento del Norte.

¡Con qué orgullo saldré con él al alba,
jugando mi mano con el viento,
para apresar lo libre con lo encadenado!

Abd al-Aziz ben Al-qabturnuh (al-Andalus, tal vez Badajoz, actual Extremadura, España, ?- c. 1126), en la versión de Emilio García Gómez de El libro de las banderas de los campeones y de los estandartes selectos, de Ibn Said al Magribi (siglo XIII), publicada en 1942
Ref.: Reedicion Seix Barral, 1978
Tambien, Poemas Arabigoandaluces, Espasa Calpe, Buenos Aires, 1942

Noticia: Abd al Aziz ben al-Qabturnuh vivió en al-Andalus y fue secretario de Mutawakkil de Badajoz.

Ilustración del Tratado de cetrería de Federico II de Prusia*, siglo XIII.

* Federico II de Prusia fue uno de los más cultos monarcas medievales, de fuerte vinculación con la doctrina de Averroes (Abu-l Walid Muhammad ibn Rusd, Córdoba, 1126-Marrakech, 1198), propagada desde al-Andalus, emirato, luego califato y reino de taifas. Enciclopedia: "La mayor obsesión del emperador [Federico II] era el conocimiento del alma. En 1227 Miguel Scotto le llevó la versión latina de Averroes sobre De Anima y De Coelo et Mundi de Aristóteles; también se le dieron traducciones de Avicena; de la mano de los árabes se reencontraba el mundo antiguo. La idea averroísta-aristotélica de la materia eterna daba de lado con la existencia de un Dios creador: a ello se añadía la cuestión del intelecto universal y se planteaba el tema de la inmortalidad del alma. 'Dios - decía Federico - adora la búsqueda de la verdad por la razón y la ciencia'. Allí estaban, junto a él, las Academias, Miguel Scotto, Juan de Palermo, Petrus Hispanus, Leonardo de Pisa, especialistas alemanes, latinos , conversos y musulmanes." Horacio Cagni en tradicional.com.ar

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