Que venga el ocaso
Que la luz del fin de la tarde
brille por las ranuras del granero
y suba por los baldes mientras que baje el sol.
Que el grillo se ponga a raspar
mientras que una mujer toma sus agujas
y su hilo de lana. Que venga el ocaso.
Que el rocío se junte sobre la azada
abandonada en los largos pastos. Que aparezcan las estrellas
y que la luna muestre su cuerno de plata.
Que la zorra se vuelva a su madriguera arenosa.
Que el viento se vaya muriendo. Que el cobertizo
se vuelva oscuro por dentro. Que venga el ocaso.
A la botella en la zanja, a la pala
en la avena, al aire en el pulmón,
que venga el ocaso.
Que venga, como vendrá, y no temas.
Dios no nos deja sin consuelo,
entonces que venga el ocaso.
Jane Kenyon (Ann Arbor, Michigan, 1947-New Hampshire, 1995). Versión de Andrés Hax.
Let Evening Come
Let the light of late afternoon/shine through chinks in the barn, movin/up the bales as the sun moves down.//Let the cricket take up chafing/as a woman takes up her needles/and her yarn. Let evening come.//Let dew collect on the hoe abandoned/in long grass. Let the stars appear/and the moon disclose her silver horn.//Let the fox go back to its sandy den./Let the wind die down. Let the shed/go black inside. Let evening come.//To the bottle in the ditch, to the scoop/in the oats, to air in the lung/let evening come.//Let it come, as it will, and don't/be afraid. God does not leave us/comfortless, so let evening come.
Que la luz del fin de la tarde
brille por las ranuras del granero
y suba por los baldes mientras que baje el sol.
Que el grillo se ponga a raspar
mientras que una mujer toma sus agujas
y su hilo de lana. Que venga el ocaso.
Que el rocío se junte sobre la azada
abandonada en los largos pastos. Que aparezcan las estrellas
y que la luna muestre su cuerno de plata.
Que la zorra se vuelva a su madriguera arenosa.
Que el viento se vaya muriendo. Que el cobertizo
se vuelva oscuro por dentro. Que venga el ocaso.
A la botella en la zanja, a la pala
en la avena, al aire en el pulmón,
que venga el ocaso.
Que venga, como vendrá, y no temas.
Dios no nos deja sin consuelo,
entonces que venga el ocaso.
Jane Kenyon (Ann Arbor, Michigan, 1947-New Hampshire, 1995). Versión de Andrés Hax.
Let Evening Come
Let the light of late afternoon/shine through chinks in the barn, movin/up the bales as the sun moves down.//Let the cricket take up chafing/as a woman takes up her needles/and her yarn. Let evening come.//Let dew collect on the hoe abandoned/in long grass. Let the stars appear/and the moon disclose her silver horn.//Let the fox go back to its sandy den./Let the wind die down. Let the shed/go black inside. Let evening come.//To the bottle in the ditch, to the scoop/in the oats, to air in the lung/let evening come.//Let it come, as it will, and don't/be afraid. God does not leave us/comfortless, so let evening come.
Foto: s/d
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