miércoles, marzo 03, 2010

Joseph Brodsky / Dos poemas





















Ab Ovo

En última instancia, debería haber un idioma
donde la palabra "huevo" se redujese a una O.
Los que más se aproximan a eso son los italianos
con su uova. Por algo, Alighieri creía que era
el más saludable de los alimentos, compartiendo
esa preferencia con tenores y sopranos,
cuyos torsos como peras encarnan la esencia de la "ópera".
Lo mismo podría decirse de los poetas alemanes
-esos auténticos románticos- que empezaban cada verso
como alguien que se sienta a desayunar, o de los matemáticos,
igual de arrogantes, empollando su infinito
tan prolijamente dispuesto, cuyos ceros inmaculados
nunca romperán el cascarón.


Nota de R.: uova, plural de huevo (uovo)


En el basurero de la ciudad de Nantucket

a Stephen White

Lo perecedero se consume en lo perecedero, a plena luz
de un día que, a su vez, agoniza en un noviembre casi terminal:
removiendo la basura, las gaviotas intentan superar
en número a la nieve, o al menos demorarla un poco.

El bárbaro alfabeto primordial, saqueando con ferocidad,
por todas partes, la barrera de oxígeno, es un prefacio
a la anarquía de los desperdicios:
en el principio, fue el graznido.

En sus tartamudas doblevés se puede leer
no tanto el hambre sino las garras de la lujuria,
en forma de afiladas comas que señalan lo imperecedero,
o quizás el vuelo de la página arrancada de un grueso volumen,

mientras un anemómetro rabioso hace girar sus tazas
estúpidamente, como en una desquiciada ceremonia de té,
y el Atlántico soporta con pena, en su atlético oleaje,
los pronósticos de oscuridad.

Joseph Brodsky (San Petersburgo, Rusia, 1940-Nueva York, Estados Unidos, 1996), Canción de cuna y otros poemas, traducción de Daniela Camozzi y Walter Cassara, editorial Huesos de Jibia, Buenos Aires, 2009. Collected Poems in English, de Joseph Brodsky. Farrar, Strauss & Giroux, Nueva York.


Ab Ovo
Ultimately, there should by a language / in which the word "egg" is reduced to O / entirely. The Italian comes the closet, / naturally, whit its
uova. That's why Alighieri thought / in the healthiest food, sharing the predilection / with sopranos and tenors whose pear-like torsos / in the final analysis embody "opera". / The same pertains to the truly Romantic, that is, / German poets, with practically every line / starting the way they'd begin a breakfast, / or to the equally cocky mathematicians / brooding over their regularly laid infinity, / whose immaculate zeros won't ever hatch.

At the City Dump in Nantucket
To Stephen White
The perishable devours the perishable in broad daylight, / moribund in its turn in late November:/ the seagulls, trashing the dump, are trying to outnumber / the snow, or have it least delayed. / The reckless primordial alphabet, savaging every which / way the oxygen wall, constitutes a preface / to the anarchy of the refuse: / in the beginning there was a screech. / In their stammering Ws one reads not hunger but / the prurience of comma-sharp talons toward / what outlasts them, or else a torn-out / page’s flight from the volume's fat, / while some mad anemometer giddily spins its cup / like a haywire tea ceremony, and the Atlantic / is breasting grimly with its athletic / swells the darkening overcast.


Foto: Brodsky Famous Poets and Poems

De Brodsky en este blog:
Fin de una época maravillosa

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