martes, mayo 19, 2009

Pound / Canto I


Canto I

Y luego bajamos al barco,
Pusimos la quilla hacia la rompiente, avanzamos sobre el mar divino y
Alzamos mástil y vela en ese negro barco,
Cargamos ovejas a bordo y también nuestros cuerpos
Pesados de llanto, y vientos de popa
Nos llevaron mar adentro con la vela hinchada,
De Circe este arte, la diosa de prolija trenza.
Nos sentamos luego en el barco, el viento presionando la caña del timón,
Así con la vela estirada anduvimos sobre el mar hasta el fin del día.
El sol en su sueño, sombras sobre el océano todo,
Llegamos a los bordes del agua más profunda,
A las tierras de Cimeria, y ciudades pobladas
Cubiertas de niebla de apretada trama jamás perforada
Por el brillo de los rayos del sol
Y, sin estrellas esparcidas, ciega la noche más negra
Se extendía sobre esos hombres desgraciados.
En el retroceso del Océano llegamos al sitio
Antedicho por Circe.
Aquí hicieron ritos Perimedes y Euríloco,
Y sacando la espada de mi cadera
Cavé un pequeño foso de un codo cuadrado;
Vertimos libaciones por cada muerto,
Primero hidromiel y luego el vino dulce, agua mezclada con harina blanca.
Luego recé muchas plegarias a las macilentas cabezas de la muerte;
Como es norma en Itaca, toros estériles para el sacrificio,
Los mejores, cubriendo la pira con los bienes,
Una oveja solo para Tiresias, negra y una oveja de cencerro.
Sangre oscura se derramó en la fosa,
Almas salidas del Erebo, cadavéricos muertos, de novias
De jóvenes, y de los viejos que mucho soportaron;
Almas manchadas con recientes lágrimas, chicas tiernas,
Muchos hombres golpeados por las broncíneas cabezas de las lanzas,
Despojos de batallas, cargando aún armas cuajadas de sangre,
Esta multitud se apiñaba a mi alrededor; con alaridos,
Palidez sobre mí, grité a mis hombres pidiendo más bestias;
Masacramos los rebaños, ovejas muertas por el bronce,
Vertí ungüento, llamé a los dioses,
A Plutón el fuerte, y elogié a Proserpina;
Desenvainada la estrecha espada,
Me senté para mantener a distancia a los impetuosos e impotentes muertos
Hasta que oyera a Tiresias.
Pero primero vino Elpenor, nuestro amigo Elpenor,
Insepulto, arrojado sobre la ancha tierra,
Miembos que dejamos en la casa de Circe,
no llorados, no en sepulcro envueltos, porque otros trabajos
/eran más urgentes.
Lastimoso espíritu. Y lloré en precipitado discurso:
"Elpenor, ¿cómo llegaste a esta oscura costa?
¿Viniste a pie más rápido que los marinos?"
Y él, con palabra grave:
"Mal destino y abundante vino. Dormía en el hogar de Circe.
Bajando la larga escalera, descuidado,
Caí contra el botarel,
Me rompí la nuca, el alma buscó el Averno.
Pero tú, oh Rey, te ruego me recuerdes, no llorado, insepulto,
Apila mis armas, tumba sean a la orilla del mar e inscripta:
Un hombre sin fortuna con un nombre por venir.
Y clava mi remo, el que fatigué entre compañeros".

Y vino Anticlea, a quién ahuyenté, y luego Tiresias Tebano,
Sosteniendo su dorada vara me conoció y habló primero:
"¿Una segunda vez? ¿Por qué? ¿Hombre de mala estrella
Enfrentando a los muertos sin sol y esta región sin alegría?
Apártate de la fosa, deja mi brebaje sangriento
Para vaticinar."
Y yo retrocedí,
Y él, fuerte por la sangre, dijo entonces: "Odiseo
retornará a través del rencoroso Neptuno sobre mares oscuros,
Perderá a todos los compañeros". Y entonces vino Anticlea.
Descansa en paz, Divus. Quiero decir, esto es Andreas Divus,
In officina Wecheli, 1538, de Homero.
Y él navegó, junto a Sirenas y de allí lejos mar adentro
Y hasta Circe.
Veneradam,
En la frase del cretense, con la corona dorada, Afrodita,
Cypri munimenta sortita est, alegre, orichalchi, con dorados
Ceñidores y cintas apretando el pecho, tú con oscuros párpados
Cargando la rama dorada del Argicida. De modo que:

Ezra Pound (Hailey, 1885-Venecia, 1972) The Cantos of Ezra Pound, New Directions, Nueva York, 1996
Versión de Jorge Salvetti y Jorge Aulicino

Nota: Siendo el primero de los Cantos de Pound la versión de una parte considerable del Canto XI de la Odisea, de Homero, explícitamente tomada de la versión latina de Andreas Divus, o que a ésta rinde homenaje, es preciso recordar que el tema legendario del descenso al Infierno está precedido de la última encomienda que la diosa hechicera Circe hace a Odiseo, antes de liberarlo: consultar el oráculo de Tiresias en el Hades. La bajada al Infierno es así un viaje iniciático, o de sabiduría, al igual que el de Dante, cuya multitud de almas está prefigurada en el Canto homérico. Por eso tal vez la alusión al segundo descenso, en Pound: el posterior al de Homero, no al de Dante, que hace el propio bardo estadounidense. El hermafrodita Tiresias, personaje del Edipo, de Sófocles, es asimismo referido -"viejo de arrugadas tetas de mujer"- en La tierra baldía, de T.S. Eliot. En cuanto al conmovedor episodio de Elpenor, quien pide su propio remo sea el signo de su tumba innominada, ha sido aludido por Yorgo Seferis, en Argonautas, quien multiplicó los remos plantados sobre las tumbas de los marinos griegos en las playas, todos ellos en cierto modo "con un nombre por venir".

Canto I

And then went down to the ship, /Set keel to breakers, forth on the godly sea, and/ We set up mast and sail on that swart ship,/ Bore sheep aboard her, and our bodies also/ Heavy with weeping, and winds from sternward/ Bore us onward with bellying canvas,/ Circe's this craft, the trim-coifed goddess./ Then sat we amidships, wind jamming the tiller,/ Thus with stretched sail, we went over sea till day's end./ Sun to his slumber, shadows o'er all the ocean,/ Came we then to the bounds of deepest water,/ To the Kimmerian lands, and peopled cities/ Covered with close-webbed mist, unpierced ever/ With glitter of sun-rays/ Nor with stars stretched, nor looking back from heaven/ Swartest night stretched over wreteched men there./ The ocean flowing backward, came we then to the place/ Aforesaid by Circe./ Here did they rites, Perimedes and Eurylochus,/ And drawing sword from my hip/ I dug the ell-square pitkin;/ Poured we libations unto each the dead,/ First mead and then sweet wine, water mixed with white flour/ Then prayed I many a prayer to the sickly death's-heads;/ As set in Ithaca, sterile bulls of the best/ For sacrifice, heaping the pyre with goods,/ A sheep to Tiresias only, black and a bell-sheep./ Dark blood flowed in the fosse,/ Souls out of Erebus, cadaverous dead, of brides/ Of youths and of the old who had borne much;/ Souls stained with recent tears, girls tender,/ Men many, mauled with bronze lance heads,/ Battle spoil, bearing yet dreory arms,/ These many crowded about me; with shouting,/ Pallor upon me, cried to my men for more beasts;/ Slaughtered the herds, sheep slain of bronze;/ Poured ointment, cried to the gods,/ To Pluto the strong, and praised Proserpine;/ Unsheathed the narrow sword,/ I sat to keep off the impetuous impotent dead,/ Till I should hear Tiresias./ But first Elpenor came, our friend Elpenor,/ Unburied, cast on the wide earth,/ Limbs that we left in the house of Circe,/ Unwept, unwrapped in the sepulchre, since toils urged other./ Pitiful spirit. And I cried in hurried speech:/ "Elpenor, how art thou come to this dark coast?/ "Cam'st thou afoot, outstripping seamen?"/ And he in heavy speech:/ "Ill fate and abundant wine. I slept in Crice's ingle./ "Going down the long ladder unguarded,/ "I fell against the buttress,/ "Shattered the nape-nerve, the soul sought Avernus./ "But thou, O King, I bid remember me, unwept, unburied,/ "Heap up mine arms, be tomb by sea-bord, and inscribed:/ "
A man of no fortune, and with a name to come./ "And set my oar up, that I swung mid fellows."// And Anticlea came, whom I beat off, and then Tiresias Theban,/ Holding his golden wand, knew me, and spoke first:/ "A second time? why? man of ill star,/ "Facing the sunless dead and this joyless region?/ "Stand from the fosse, leave me my bloody bever/ "For soothsay."/ And I stepped back,/ And he strong with the blood, said then: "Odysseus/ "Shalt return through spiteful Neptune, over dark seas,/ "Lose all companions." Then Anticlea came./ Lie quiet Divus. I mean, that is Andreas Divus,/ In officina Wecheli, 1538, out of Homer./ And he sailed, by Sirens and thence outwards and away/ And unto Crice./ Venerandam,/ In the Cretan's phrase, with the golden crown, Aphrodite,/ Cypri munimenta sortita est, mirthful, oricalchi, with golden/ Girdle and breat bands, thou with dark eyelids /Bearing the golden bough of Argicidia. So that:

Ilustración: Tiresias se aparece Ulises durante el sacrificio, Heinrich Füssli, 1780-85 Hellenica

3 comentarios:

  1. johnson dice que la 'imitatio' es una de las cuatro virtudes necesarias para un verdadero poeta. adaptar la sustancia o las riquezas de otro poeta al uso propio. (en 'después de babel', george steiner)

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  2. Este poema es una mole. Gracias, Irene
    PD: ¿les queda resto?

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  3. Bien por lo de Quevedo y Fray Luis. Ahora, a Pound tuve que copiar y pegar en un documento aparte e imprimir. Tabueno, alimento para varios días, abrazo, jm

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