viernes, mayo 22, 2009

¿La poesía ya no es mito?


La encuesta de este blog "¿Está de acuerdo con esta frase: 'Quien haya leído poesía podrá entender cualquier texto…'"? cerró ayer con 35 votos: 15 (42 por ciento) a favor del sí y 20 (57 por ciento) a favor del no. La frase -citada en varias crónicas- es un énfasis, dentro de un discurso, y esto puede parecer ahora una pequeña trampa.  No lo es. Lo que se quiso es polarizar la respuesta en torno a ese énfasis o hipérbole. Y esto para medir si funciona aún la poesía como mito legítimo: una verdad múltiple. El discurso que contuvo la frase fue el del narrador y ensayista Ricardo Piglia en la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires en 2008.
Parece que la pregunta de esta encuesta solo puede responderse con el no: quien haya leído poesía no tiene garantizada la comprensión de nada. Quien haya, en cambio, cultivado la lectura de la poesía y el entendimiento de su mecanismo, está en mejores condiciones de comprender cualquier discurso. Aun leída linealmente y fuera de contexto, me sigue pareciendo que la frase es cierta: cuando comienza a leerse poesía, ya se tiene entre manos un instrumento que permite abordar con mayor riqueza la significación de cualquier lenguaje, incluido el de las ciencias duras. Y en ese sentido, "quien haya leído poesía podrá entender cualquier texto", si aprende a usar el elemento.
Jorge Aulicino

Siguen algunos fragmentos del discurso de Piglia que fueron transcriptos por los medios:

"Quien haya leído poesía podrá entender el discurso de un político, de un filósofo, cualquier texto..."
Blog de la Revista Ñ en la Feria del Libro de Buenos Aires, 2008

"porque [la poesía] permite a los lectores captar inmediatamente los amaneramientos de los discursos sociales y porque aquel que lee poesía está disponible a la significiación."
Clarín

“Solamente la poesía ha logrado establecer ritmos lentísimos y también rápidos, tiene una relación con la velocidad que es única: la poesía está en el límite (...) Los poetas son los únicos que consiguen hacernos tener una experiencia con el lenguaje de cambio de ritmo. Los narradores miramos a los poetas con respeto porque trabajan el lenguaje en su punto más perfecto. La lectura de la poesía es una experiencia que debemos recomendar. Los poetas tienen una indiferencia absoluta por la relación entre verdad y mayoría; los poetas construyen comunidades que parecen ser microscópicas, pero alteran las relaciones básicas con el lenguaje. Los poetas tienen una ética, el lenguaje es el objeto de su experimentación.”
Página 12

“Ese tipo de emoción, ese pequeño movimiento del lenguaje es lo que la poesía nos ha enseñado. El poeta no habla de su propia pena y si lo hace es para hablar del penar, como decía Gelman”.
Mendoza.Edu.Ar


Foto: Piglia, 2006  El País, Madrid

4 comentarios:

  1. Gran administrador tiene este blog, porque es pensante. Mis felecitaciones y un saludo emocionado, Irene

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  2. Como metáfora, puede funcionar lo que dijo Piglia. Pero...en sentido literal? No lo creo. Pienso que no se puede generalizar, más aún hablando de lenguaje, arte, lectores, etc. etc.

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  3. La frase me parece cierta, a pesar del énfasis. Yo voté por el sí, por lo tanto estoy de acuerdo. También con Piglia: El lenguaje es el centro de irradiación del discurso poético. Inclusive de la gran narrativa. Y estamos en mejores condiciones como lectores para enfrentar cualquier texto, lo cual no quiere decir que necesariamente entendamos un tratado de física cuántica. Pero aún estas disciplinas son vistas por un poeta como Parra como poéticas.
    APLAUSOS al administrador que siempre nos propone estos estimulantes desafíos (o desvaríos) al pensamiento.

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  4. Está bien, sí, leer poesía es ‘tener a mano un instrumento que permite abordar con mayor riqueza la significación de cualquier lenguaje’. Sin embargo, no necesariamente ese instrumento es capturado. Por lo tanto, la frase es oblicuamente cierta. Fuera de contexto sigo votando por no. Un sí, en esta circunstancia, me parece algo romántico y aún, soberbio.
    Quizá la poesía haya dejado de ser un mito, en el sentido de fábula/leyenda, y no me parece mal porque, a pesar de muchos, seguirá transformando el espacio del hombre y ordenando los hechos históricos. (Ay, si los sociólogos historicistas supieran…)

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