CANTA, SI PUEDES, EN EL DÍA BLANCO
porque el negro ya asoma sus ribetes
detrás de la carcoma.
Fuga la paloma
y no regresa.
Fuga el riponoma
pero, estanca, la Esfinge permanece.
Una defección incipiente
aspira con furor a la ceniza.
El comején arrasa con la rosa
en el último arriate
pero dura la médula del hueso
que sólo el rayo bate.
NO SE ESCUCHA EL QUEJIDO
del polvo:
el grito de la Esfinge
lo ha asumido.
Oigo el silbido
del mosquito, el
abombado zumbido
de la mosca.
¡Vibra ahora,
cendal de llamas,
con tu súbito brillo! ¡Enciende el crisantemo
del momento
para un renacimiento
de inmarcesibles Reinos Amarillo!
(Hugo Padeletti, Alcorta, Santa Fe, Argentina, 1928), Osaturas 1969-2008, El Cuenco de Plata, Buenos Aires, 2014
Foto: Hugo Padeletti por Daniel Rodríguez (detalle)
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