PELIGROS DE HABLAR Y DE CALLAR,
Y LENGUAJE EN EL SILENCIO
¿Cómo es tan largo en mí dolor tan fuerte,
Lisis? Si hablo y digo el mal que siento,
¿qué disculpas tendrá mi atrevimiento?
Si callo, ¿quién podrá excusar mi muerte?
Pues, ¿cómo, sin hablarte, podrá verte
mi vista y mi semblante macilento?
Voz tiene en el silencio el sentimiento:
mucho dicen las lágrimas que vierte.
Bien entiende la llama quien la enciende;
y quien los causa, entiende los enojos;
y quien manda silencios, los entiende.
Suspiros, del dolor mudos despojos,
también la boca a razonar aprende,
como con llanto y sin hablar los ojos.
De Quevedo y Villegas
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