XII. El infinito
Siempre me fue querida esta colina yerma,
y este seto, que de tanta parte
del último horizonte la mirada excluye.
Pero sentándome y mirando los interminables
espacios más allá de él, sobrehumanos
silencios y profundísima calma
en el pensamiento represento, y por poco
el corazón no se amedrenta. Y como el viento
oigo susurrar entre las plantas, aquel
infinito silencio a esta voz
voy comparando, y me recuerda lo eterno
y las estaciones muertas, y la presente
y viva, y su sonido. Así en esta
inmensidad se ahoga el pensamiento mío:
y me es dulce el naufragar en este mar.
Giacomo Leopardi (Recanati, 1798-Nápoles, 1837), Canti, Asociación Dante Alighieri, Buenos Aires, 1987
Versión de J. Aulicino
XII. L'infinito
Sempre caro mi fu quest'ermo colle,/ e questa siepe, che da tanta parte /dell'ultimo orizzonte il guardo esclude. /Ma sedendo e mirando, interminati /spazi de là da quella, e sovrumani /silenzi, e profondissima quiete /io nel pensier mi fingo; ove per poco/ il cor no si spaura. E come il vento /odo stormir tra queste piante, io quello /infinito silenzio a questa voce / vo comparando: e mi sovvien l'eterno, /e le morte stagioni, e la presente /e viva, e il suon di lei. Così tra questa/ inmensità s'annega il pensier mio: /e il naufragar m'è dolce in questo mare.
Ilustración: Giacomo Leopardi, óleo de F. Ferrazzi, Palazzo Comunale, Recanati leopardi.it
Sempre caro mi fu quest'ermo colle,/ e questa siepe, che da tanta parte /dell'ultimo orizzonte il guardo esclude. /Ma sedendo e mirando, interminati /spazi de là da quella, e sovrumani /silenzi, e profondissima quiete /io nel pensier mi fingo; ove per poco/ il cor no si spaura. E come il vento /odo stormir tra queste piante, io quello /infinito silenzio a questa voce / vo comparando: e mi sovvien l'eterno, /e le morte stagioni, e la presente /e viva, e il suon di lei. Così tra questa/ inmensità s'annega il pensier mio: /e il naufragar m'è dolce in questo mare.
Ilustración: Giacomo Leopardi, óleo de F. Ferrazzi, Palazzo Comunale, Recanati leopardi.it
cuanto más alto se sube,
ResponderBorrartanto menos se entendía,
que es la tenebrosa nube,
que a la noche esclarecía;
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.san juan de la cruz, coplas de el mismo, hechas sobre un éxtasis de harta contemplación.
No sé por qué pero prefiero la primera versión sin el yo del séptimo verso. No sacaría ninguna i por eso mismo que ud dice.
ResponderBorrarMe corrijo, no sacaría ninguna "y"; aunque sea verano, por ahí no se entiende.
ResponderBorrarLa verdad no hubiera notado lo de las "y" si no hubiera leído la nota de abajo... es que el poema atrapa desde el título. Muy bello.
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