domingo, octubre 12, 2008

Llegó de este modo el mes del deshielo


Akinari Monogatari
I / El deshielo

Llegó de este modo el mes del deshielo
                                Akinari
solo
de edad mediana
       estragado
viajaba entre dos ciudades
para enseñar
la doctrina del imperio
           a unos jóvenes 
magros que lo escuchaban y enrojecían
ante sus preguntas
Ciruelos llenos de flores
se balanceaban en la brisa de abril frente a la ventana
A la hora del té
que servían mujeres silenciosas
una de sus discípulas
     en cuya voz cantaba
                  a veces
el ruiseñor
se aproximó al maestro
hizo una reverencia gentil
                 lo miró
Y había en sus ojos algo de mirada de la zorra
tal como debe verla el zorro
      en el mes del deshielo
La mirada chocó contra los ojos miopes del literato
que llevaba en ese momento a sus labios la taza de té
Akinari
     dijo la voz del ruiseñor
Akinari
Mientras me enseñas la doctrina imperial
     en el mes del deshielo
yo pienso
     en el tiempo que te trajo hasta aquí
     en el país de donde vienes
     en tu falsa doctrina
                  Akinari
Pienso
     Akinari
       en ti
       en el temblor de tus pestañas
       en tu barba implacable
       en el patio de tu casa
       en tu insomnio en tu deseo
       en tus años
¿Por qué no hablas nunca de eso
al enseñarnos la doctrina oficial?

Y de regreso
       Y era en el mes del deshielo
de una ciudad a otra
iban los ojos de Akinari
       fijos en el camino
y no veían sin embargo golpear la lluvia contra los grandes árboles.

Juan José Saer (Serodino, 1937-París, 2005), El arte de narrar, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina, 1988


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