lunes, octubre 06, 2008

Padre, se anche tu non fossi...


Padre, aunque no fueses...

Padre, aunque no fueses mi padre,
y fueras para mí un extraño,
por ti mismo igualmente te querría.
Me acuerdo de una mañana de invierno
que la primera violeta sobre la pared
de enfrente descubriste desde tu ventana
y nos anunciaste la novedad, alegre.
Y enseguida, la escalera al hombro,
de casa saliste y la apoyaste en la pared.
Pequeños, desde la ventana te miramos.

Y de aquella otra vez me acuerdo
que a la hermana, chiquita todavía,
por la casa seguías amenazándola
(la caprichosa no sé qué había hecho).
Pero al alcanzarla, como gritaba fuerte
de miedo, te partió el alma:
te viste perseguir a tu
pequeña hija, y toda aterrada,
vacilando, la apretaste contra el pecho
y con caricias la cubrías
entre los brazos, como para defenderla
de aquel malo que eras tú un segundo antes.

Padre, aunque no fueses mi
padre, aunque fueses un extraño,
entre todos los hombres de la tierra
por tu alma de muchacho te amaría.


A veces mientras camino solo al sol...

A veces mientras camino solo al sol
y miro con mis ojos claros el mundo
donde todo me parece fraterno,
el aire la luz el hilo de hierba el insecto,
un imprevisto hielo el corazón me aprieta.
Un ciego creo ser, sentado
sobre el parapeto de un inmenso río.

Corren debajo las aguas abismales.
Pero él no las ve: el poco sol
se bebe, beatífico. Y si le llega
a veces el murmullo del agua, cree
que es un zumbido ilusorio en el oído.

Y a mí me parece, viviendo esta pobre
vida mía, que hay otra que la roza
como en el sueño, y que ese sueño es
mi vida presente.

Me agarra entonces como un extravío,
un espanto pueril.
Me siento
completamente solo en el borde de la calle,
miro mi mísero, estrecho mundo
y acaricio con mano trémula la hierba.

Camillo Sbarbaro (Santa Margherita Ligure, 1888-Savona, 1967), de Pianissimo, 1914
Versiones de J. Aulicino


Padre, se anche tu non fossi...

Padre, se anche tu non fossi il mio
Padre se anche fossi a me un estraneo,
per te stesso egualmente t’amerei.
Ché mi ricordo d’un mattin d’inverno
Che la prima viola sull’opposto
Muro scopristi dalla tua finestra
E ce ne desti la novella allegro.
Poi la scala di legno tolta in spalla
Di casa uscisti e l’appoggiasti al muro.
Noi piccoli stavamo alla finestra.

E di quell’altra volta mi ricordo
Che la sorella mia piccola ancora
Per la casa inseguivi minacciando
(la caparbia aveva fatto non so che).
Ma raggiuntala che strillava forte
Dalla paura ti mancava il cuore:
ché avevi visto te inseguir la tua
piccola figlia, e tutta spaventata
tu vacillante l’attiravi al petto,
e con carezze dentro le tue braccia
l’avviluppavi come per difenderla
da quel cattivo che eri il tu di prima.

Padre, se anche tu non fossi il mio
Padre, se anche fossi a me un estraneo,
fra tutti quanti gli uomini già tanto
pel tuo cuore fanciullo t’amerei.


Talor, mentre cammino...

Talor, mentre cammino solo al sole
e guardo coi miei occhi chiari il mondo
ove tutto m'appar come fraterno,
l'aria la luce il fil d'erba l'insetto,
un improvviso gelo al cor mi coglie.

Un cieco mi par d'essere, seduto
sopra la sponda d'un immenso fiume.
Scorrono sotto l'acque vorticose,
ma non le vede lui: il poco sole
ei si prende beato. E se gli giunge
talora mormorio d'acque, lo crede
ronzio d'orecchi illusi.

Perché a me par, vivendo questa mia
povera vita, un'altra rasentarne
come nel sonno, e che quel sonno sia
la mia vita presente.

Come uno smarrimento allor mi coglie,
uno sgomento pueril.
Mi seggo
tutto solo sul ciglio della strada,
guardo il misero mio angusto mondo
e carezzo con man che trema l'erba.

L’opera in versi e in prosa, Garzanti, Milán, 1985, 1995

2 comentarios:

  1. este sbàrbaro es bárbaro.lo saludo.

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  2. No conocía a este italiano. Aquí tenemos un ejemplo de cómo se puede escribir desde la emoción y el yo lírico sin ser anacrónico. El poema del padre es muy bello y tiene un comienzo original e imágenes poderosas.
    Muy buena la traducción, también, Jorge. Gracias.

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