lunes, junio 06, 2022

Hilda Hist / Tres poemas





XI

Haremos de este modo
Para que las manos no cometan
Los actos definitivos

Envolveremos los cuchillos y los espejos
En lanas dobladas, gruesas.
Y de alargadas marcas, el resentimiento. 

Pintadas las caras en un matiz de yeso
Recubriremos cuerpo, carne
En la tentativa cálida, multiforme
En la roja pastosidad

De un tocar sin sufrimiento.

Y al final
Cara a cara (espejo y cuchillo)
De nuestras dobles hambres
No hablaremos.


V

Me veías
Partida al medio.
La cara de las emboscadas
Decías
Esa era la cara de mi deseo.

Y poseías
Lo íntegro, como Narciso
Tu mismo y tu fantasía.
Una frontera de líneas
Que se pensaban contiguas.

Me veías dura, vestida
De lanas y de campanillas.
Sobre tu valle yo pasaba
En llagas, sin compañía.

Pasaba, sí.
Pero desnuda, quemada
Del amor que me arrancabas.


XXX

El Tiempo y su hambre.
Voluptuosidad y Olvido
Sobre los arcos de la vida.
Rigor sobre nuestro momento.
El tiempo y su mandíbula.
Musgo y furor
Sobre nuestros altares.
Un día, geometrías de luz.
Otro día nada somos. 

Tiempo y humildad.
Nuestros nombres. Carne.
Devorame, mi odio-amor,
Bajo el resplandor cruel de las despedidas.

Hilda Hilst (Jaú, Brasil, 1930-Campinas, Brasil, 2004)
Versiones de José Ioskyn

Cantares de pérdida y predilección
,
Paradiso,
Buenos Aires, 2022











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