domingo, septiembre 22, 2013

Héctor Carreto / El poeta regañado por la musa



"Ante sus cabellos, el viento
fue incapaz de enredarse.
Intactos, sus labios permanecen.
Solo la luz -camafeo- fijó el recuerdo",
Fueron los versos que escribí pensando en Ella.

Después de leerlos, la Musa marcó mi número:
"¿Por qué me describes con palabras de epitafio?
Según mi espejo de mano, no estoy muerta ni soy estatua.
Tampoco quieras que me asemeje a tu madre.
¿Estás enfermo, o qué sinrazones
te obligaron a cambiar de poética?
¿Acaso aseguras un túmulo en la Rotonda de los Ilustres,
en el Colegio Nacional, o paladeas dieta vitalicia?

Escúchame: no escribas más como geómetra abstraído,
en un lenguaje de cristales que entrechocan,
capaz de pintar una batalla como ramo de madreselvas.

Confía en el instinto: que tus labios refieran con orgullo mi talento en el
baile, mi afición por el vino.
Presume al lector de mis piernas en loca bicicleta,
de los encuentros sudorosos, cuyos frutos son tus epigramas.
Tampoco ocultes que tenemos diferencias.

Entre la musa que riñe contigo y la que duerme en un lienzo,
no dudes: confía en el instinto".

de Antología desordenada [1996]

Héctor Carreto (Ciudad de México, 1953), 359 Delicados (con filtro). Antología de la poesía actual de México, selección de Pedro Serrano y Carlos López Beltrán, Lom, Santiago de Chile, 2012

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