Rebelión
La rima es el tirano empurpurado,
Es el estigma del esclavo, el grillo
Que acongoja la marcha de la Idea.
No aleguéis que sea de oro! El Pensamiento
No se esclaviza á un vil cascabeleo!
Ha de ser libre de escalar las cumbres
Entero como un dios, la crin revuelta,
La frente al sol, al viento. Acaso importa
Que adorne el ala lo que oprime el vuelo?
Él es por sí, por su divina esencia,
Música, luz, color, fuerza, belleza!
A qué el carmín, los perfumados pomos?
Por qué ceñir sus manos enguantadas
A herir teclados y brindar bombones
Si libres pueden cosechar estrellas,
Desviar montañas, empuñar los rayos?
¡Si la cruz de sus brazos redentores
Abarca el mundo y acaricia el cielo!
Y la Belleza sufre y se subleva
Si es herir á la diosa en pleno pecho
Mermar el torso divinal de Apolo
Para ajustarlo á ínfima librea!
Para morir como su ley impone
El mar no quiere diques, quiere playas!
Así la Idea cuando surca el verso
Quiere al final de la ardua galería,
Más que una puerta de cristal ó de oro,
La pampa abierta que le grita "¡Libre!"
Delmira Agustini (Montevideo, 1886-1914), "El libro blanco" (1907), Poesías completas, Editorial Losada, Buenos Aires, 1971
La rima es el tirano empurpurado,
Es el estigma del esclavo, el grillo
Que acongoja la marcha de la Idea.
No aleguéis que sea de oro! El Pensamiento
No se esclaviza á un vil cascabeleo!
Ha de ser libre de escalar las cumbres
Entero como un dios, la crin revuelta,
La frente al sol, al viento. Acaso importa
Que adorne el ala lo que oprime el vuelo?
Él es por sí, por su divina esencia,
Música, luz, color, fuerza, belleza!
A qué el carmín, los perfumados pomos?
Por qué ceñir sus manos enguantadas
A herir teclados y brindar bombones
Si libres pueden cosechar estrellas,
Desviar montañas, empuñar los rayos?
¡Si la cruz de sus brazos redentores
Abarca el mundo y acaricia el cielo!
Y la Belleza sufre y se subleva
Si es herir á la diosa en pleno pecho
Mermar el torso divinal de Apolo
Para ajustarlo á ínfima librea!
Para morir como su ley impone
El mar no quiere diques, quiere playas!
Así la Idea cuando surca el verso
Quiere al final de la ardua galería,
Más que una puerta de cristal ó de oro,
La pampa abierta que le grita "¡Libre!"
Delmira Agustini (Montevideo, 1886-1914), "El libro blanco" (1907), Poesías completas, Editorial Losada, Buenos Aires, 1971
Foto: Delmira Agustini Mujeres Bacanas /Biblioteca Nacional del Uruguay
Yo creo que, si no mediara el anacronismo, Delmira Agustini debió haber sufrido la mala influencia de Jorge Aulicino, que tanto cacarea por ahí la liberación del verso, porque si no, no se entendería cómo esa uruguaya se anima a corregir el punto de vista de Pablo Anadón. Y además, ese verso que dice "La pampa abierta que le grita '¡Libre!' podría ser leído como una provocación a los cordobeses y sus sierras.
ResponderBorrar...traigo
ResponderBorrarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
OTRA IGLESIA ES IMPOSIBLE
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DEL FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...