VI
Las palabras del poema, su indocilidad, su número, su
insignificancia, conservan en el corazón el instante impalpable,
beso lentamente posado en la boca de una muerta,
dejan el aliento suspenso en lo que ya nada es.
La transparencia del ser amado, milagrosa indiferencia,
lo que extravía, extraviado en el cristal incontable de la luz;
no pensar en ello nunca más.
Georges Bataille (Billom, 1897-París, 1962), Lo Arcangélico y otros poemas, traducción de Pilar Ruiz Va, Visor, Madrid, 1999, edición no bilingüe
Foto: s/d
Un poema perfecto para mí en este día: lúcido.
ResponderBorrarMi primer acercamiento a Georges Bataille y he quedado perplejo.
ResponderBorrarUn abrazo desde México.
La palabra, sucedáneo del beso....
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