La cualidad del cielo
Sin gastar más que el aliento
y la pobre alma,
encerrada en la jaula de las costillas,
piando agudamente
anduve por el jardín. El jardín
olía a rosas.
Las verdes gargantas de los lirios
se abrían en amarillas trompetas
que no reclamaban sonidos, y la lluvia
era fresca en mi rostro,
el aire un suave aliento.
Ayer
el calor fue opresivo
el polvo cubría el verde de las hojas
y las abejas de
la colmena cercana, abrasadas, bebían,
ansiosas, en
el estanque de los pájaros y se ahogaban.
Otras las sucedían
y los pájaros se asustaban
de ellas.
¡El ligero vellón del aire!
William Carlos Williams (Rutherford, 1883 - 1963), Alberto Girri, Tributo a W.C. Williams, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1981
Ilustración: Jardín seco, Fernando Zóbel, 1969
De Williams en este blog:
Qué belleza!...aunque en algunos poetas Williams influyó negativamente.
ResponderBorrarPavese, poeta de la existencia más concreta.
Gracias Jorge.
Durito, Girri, ¿no? Pero se lee. Gracias, Irene
ResponderBorrarese cuadro del zóbel está bellísimo
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