martes, octubre 25, 2016

J. G. Ballard / De "La exhibición de atrocidades"














4. TÚ: COMA: MARILYN MONROE

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LA ASUNCION DE LA DUNA DE ARENA. Aquella Venus de las dunas, virgen de las pendientes del tiempo, se elevó por encima de Tallis en el cielo meridiano. La arena porosa, que recordaba las paredes corroídas del apartamento, y los pechos de piedra pómez y los muslos de ceniza de la estrella de cine muerta, se desvaneció en el viento a lo largo de las crestas.

EL APARTAMENTO: TIEMPO Y ESPACIO REAL. Tallis comprendió que las blancas paredes rectilíneas eran aspectos de la virgen de las dunas cuya asunción él había presenciado. El apartamento era la caja de un reloj, una extrapolación cubicular de los planos faciales del yantra, los pómulos de Marilyn Monroe. Las paredes temperadas congelaban la pena rígida de la actriz. Él había venido a resolver ese suicidio.

ASESINATO. Tallis se detuvo detrás de la puerta de la sala, protegiéndose los ojos de la luz que llegaba desde el balcón, y consideró el cubo blanco del cuarto. Karen Novotny lo cruzaba a intervalos, en una secuencia de actos aparentemente casuales. Ya estaba confundiendo las perspectivas de la habitación, transformándola en un reloj dislocado. Descubrió a Tallis detrás de la puerta y fue hacia él. Tallis esperó a que se marchara. La figura de ella interrumpió la conjunción de las paredes en el rincón de la derecha. Segundos después, esa presencia se convirtió en una intrusión insoportable en la geometría temporal de la habitación.

EPIFANIA DE ESTA MUERTE. Imperturbables, las paredes del apartamento contenían el rostro sereno de la estrella de cine, el tiempo mitigado de las dunas.

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James Graham Ballard (Shanhgái, China, 1930-Londres, 2009), La exhibición de atrocidades (1970), traducción de Marcelo Cohen y Francisco Abelenda (1976), Octaedro, Ciudad de México, 2003

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