domingo, marzo 06, 2016

Graciela Maturo / En retirada












         


               a la memoria de Ramón P. Muñoz Soler

Donde el aire es más calmo
donde el ruido rojizo de la feria
se hace luz y paloma
donde el tiempo
ha detenido sus batallas
oyes tu corazón
infinitamente
solo

Casa de la agonía en que se unen
la memoria del cielo y el verdor
Fuego que avanza sobre las aguas mansas
llama fría
que abres
puertas desconocidas

Espero en la oscuridad
ajena al vértigo que roza los espejos
cansada ya del brillo
la risa y las espadas
Absorta miro el cuenco de las palabras
en el anochecer que vela el crujido de los muebles
En la penumbra de aconteceres silenciosos
pasa el ala de fuego de un ángel no nombrado

La luz avanza ahora sobre el mundo.
Ellos, los mercaderes no perciben
el vuelo de las palabras encendidas
ni el secreto rumor de la materia
en la alquimia de los días finales.

Una oscura marea
mueve los dulces ríos de la tierra.
El sabio se retira a su caverna
para escuchar la nueva melodía

Graciela Maturo (Santa Fe, Argentina, 1928) en Otra Iglesia es Imposible

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