Dostoievski descubría en el fondo de sí mismo abismos abiertos que le devolvían tanto imágenes de santos como de monstruos, sin que ninguno fuera verdaderamente Dostoievski. En Nostalgia quise proseguir mi tema del hombre débil, al que considero un vencedor en esta vida. Ya antes, en un monólogo, Stalker defendía la debilidad como el único valor verdadero y la esperanza de vida. Siempre he amado a los que no logran adaptarse de manera pragmática a la existencia. En mis películas nunca ha habido héroes sino personajes cuya fuerza ha sido la convicción espiritual y que han aceptado responsabilizarse por los otros.
Andrei Tarkovsky, citado por P. Chacón en Los otros. Una arqueología de la soledad
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