-¿Por qué a usted le apetece tanto su orden burgués? -preguntó un decidido activista social, higienista y antitabaquista a Garbeld mientras Garbeld llenaba su pipa, luego de haberse sentado, como todos los jueves, en su sillón preferido en el Club de los Gentiles. Garbeld quedó perplejo unos segundos. Luego, vació la pipa en la chimenea, la guardó en su estuche y cruzó sus manos sobre la rodilla de su pierna derecha, cruzada a su vez sobre su pierna izquierda.-Un orden, por lo demás, estructurado sobre un vicio -agregó el activista con voz sorda. -¿Es posible que usted no vea que acabo de fundar otro orden? -dijo Garbeld.-Los partidarios del Cambio, como usted, suelen no ver cuándo ha sobrevenido el Cambio y siguen farfullando. Es entonces cuando sus consignas de guerra se convierten en responsos, sin que lo sepan.
Gustav Who. No me apuro en contestar, Dublin, 1923
Preclaro, Garbeld. Eric Hobsbawm, de pasado marxista y militancia el pc británico, dice que hoy día la izquierda se ha hecho conservadora y la derecha, progresista en muchos aspectos. Así que su Garbeld, por momentos, piensa como un verdadero revolucionario.
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