Juicio
Nos alejamos de la ciudad,
infortunio, infortunio, etcétera.
En la que ya no hacemos
más canciones.
Nuestra flauta quedó encerrada
en la raíz de un sauce:
destruyendo el suelo,
levantando calles y baldosas.
Nos vamos lejos, amigos:
donde las vacas beben,
donde la savia fluye.
Nuestros versos necesitan
ser juzgados,
pero en tierras más salvajes.
Los antiguos bosques de sangre
Los antiguos bosques de sangre
rejuvenecidos de nuevo por el sol,
y todo lo verde y su savia,
y los cuencos cegados en lo más profundo.
Todos ellos, ahora despiertos, desterrando al fósil.
Imitando al canario de Cwmdonkin Drive,
para hacer del aire algo más blanco y puro
como los rastros de un conejo.
La primera vela aferrada al mástil
que el frío de hielo y de sal bañaron,
y las dársenas y sus cadenas,
y la tripulación entera del barco oscuro.
Todos ellos, ahora festivos, saltando al vacío.
Recordando al Albatros, la balada precisa.
El primer saco de manzanas
arrojado al profundo pozo de la vejez.
Y todo el néctar y su sangre,
y los incendios forestales.
Los antiguos bosques de sangre
ahora despiertos, enloquecidos,
como un cuervo expulsado de su nido frío
en la profunda noche encantada.
Juan Arabia (Buenos Aires, 1983)
Desalojo de la naturaleza,
Buenos Aires Poetry,
Buenos Aires, 2018
Ref.:
Literariedad
Atelier
Buenos Aires Poetry
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