jueves, enero 29, 2015

Andrea Zanzotto / Perfección de la nieve










Cuántas perfecciones, cuántas,
cuántas tonalidades. Agrega punzando.
Y luego abstracciones astrificaciones formulaciones de astros
congelamiento, a través de sidera y coelos
congelamientos, asimilaciones -
en lo perfeccionado yo procedería
más allá del gran fulgor, del lleno y del vacío,
buscaría procedimientos
resaltando, evitando
dudosas sombrías; sabría diría.
Pero cómo nos sostiene, cuánta fertilidad nívea
cómo vale: cuesta abajo en la mañana cuesta abajo
cuesta arriba de la luz plurifuente.
Me he metido en medio de este movimiento-carencia radial
ay, el primer temblor del subir, del comprender,
van en orden, desafían: he aquí todo.
Y tu consolación insolación y la mía, fruto
de este invierno, entrenadas, aliadas,
sobre vítreos vértices del siempre, sobre las márgenes nevadas
del nunca-nunca-no-dejé-ir,
y la estrella que arde en su envoltura
y la castaña sacada del hielo
y -todo- y todo-eros, todo-lib. libertad en el lazo
en el abrazo me está: está
acepta la invitación, en el programa, en el asunto.
Una sonrisa, ¿verdad? y la vi(da) (id-vid)
esa la cual nada se puede, no conjeturar,
sobre el umbral se forma (¿acariciar?)
Evohé a lo largo de los hielos y los cultivos de colores
y los apaciguados trabajos de los otros.
Hola ¿A quién hablo? Reconectar.
Y estoy dispuesto, en fase de inmortal,
para un sketch-idea de la nieve, para un brinco suyo.
Dispuesto.
A la, de la perfecta.

"Es todo, pueden irse"

Andrea Zanzotto (Pieve di Soligo, Treviso, 1921-Conegliano, Treviso, 2011), (Para que) (crezca), Mangos de Hacha, Ciudad de México, 2012
Traducción de Ernesto Hernández Busto


La perfezione della neve

Quante perfezioni, quante
quante totalità. Pungendo aggiunge.
E poi astrazioni astrificazioni formulazione d’astri
assideramento, attraverso sidera e coelos
assideramenti assimilazioni –
nel perfezionato procederei
più in là del grande abbaglio, del pieno e del vuoto,
ricercherei procedimenti
risaltando, evitando
dubbiose tenebrose; saprei direi.
Ma come ci soffolce, quanta è l’ubertà nivale
come vale: a valle del mattino a valle
a monte della luce plurifonte.
Mi sono messo di mezzo a questo movimento-mancamento radiale
ahi il primo brivido del salire, del capire,
partono in ordine, sfidano: ecco tutto.
E la tua consolazione insolazione e la mia, frutto
di quest’inverno, allenate, alleate,
sui vertici vitrei del sempre, sui margini nevati
del mai-mai-non-lasciai-andare,
e la stella che brucia nel suo riccio
e la castagna tratta dal ghiaccio
e – tutto – e tutto-eros, tutto-lib. libertà nel laccio
nell’abbraccio mi sta: ci sta,
ci sta all’invito, sta nel programma, nella faccenda.
Un sorriso, vero? E la vi(ta) (id-vid)
quella di cui non si può nulla, non ipotizzare,
sulla soglia si fa (accarezzare?).
Evoè lungo i ghiacci e le colture dei colori
e i rassicurati lavori degli ori.
Pronto. A chi parlo? Riallacciare.
E sono pronto, in fase d’immortale,
per uno sketch-idea della neve, per un suo guizzo.
Pronto.
Alla, della perfetta.

«È tutto, potete andare.»

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