Las amigas de mi abuela
Íbamos a verlas
los días de los muertos,
cuando la muerte no dolía.
Mi madre (que era hermosa y usaba
tacos altos) nos llevaba de la mano,
se pintaba la boca. Hablaban piamontés,
la palabra cerrada en la garganta a gritos.
Nos ponían vestiditos blancos de piqué
y volvíamos con olor a gladiolos,
a margaritas. Tenían una casa oscura
las amigas de mi abuela, y el tamaño
de un hombre. Ellos en cambio
eran flacos, frágiles como niñas:
se llamaban Geppo, Vigü,
Gennio, Chiquinot.
María Teresa Andruetto (Arroyo Cabral, 1954), Pavese/Kodak, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2008
excelente poeta. más gente debería conocerla. un placer que la haya publicado.
ResponderBorrarQuerido Jorge,
ResponderBorrargracias por la inclusión en tu blog. Es un honor!
María Teresa
Gracias Jorge, por la inclusión en tu blog.
ResponderBorrarUn honor!
María Teresa
Ay, cómo me duelen los poemas de María Teresa.
ResponderBorrarque lindo poema querida Tere, Yo iba con mamá y las hermanas de mamá...es cierto " cuando la muerte no dolía"
ResponderBorrarAmo Kodak. Beso Tere.
ResponderBorrarEstimada anónima: no es mala costumbre firmar los mensajes. Para eso solo debe poner su nombre al final. De este modo, la propia Andruetto sabrá quien la recuerda
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