Ser un ratón. Preferiblemente un ratón de campo.
O un ratón de jardín, nunca de esos que viven en las casas.
¡Los hombres despiden un olor abominable!
Todos lo sabemos: los pájaros, las ladillas, las ratas.
Producen asco y miedo.
Estremecimiento.
Alimentarse de flores de glicinas, de corteza de palmera,
desenterrar raíces del suelo frío y húmedo
y bailar después de una noche fresca. Mirar la luna llena,
reflejar en los propios ojos la brillante luz
de la agonía lunar.
Hacer una madriguera provisoria cuando el cruel
viento del norte
me busque con sus fríos y flacos dedos
para estrujar mi pequeño corazón
bajo el filo de sus zarpas,
un cobarde corazón de ratón:
un cristal palpitante.
Aleksander Wat (Varsovia, 1900 - Antony, Francia, 1967), Postwar Polish Poetry, University of California Press, Los Ángeles, 1983
Traducción del polaco al inglés, Czeslaw Milosz
Versión del inglés al castellano, Jonio González
Foto: Aleksander Wat, Berkeley, 1964 Wojciech Karpinski
TO BE A MOUSE
To be a mouse. Preferably a field mouse. Or a garden mouse –
but not the kind that live in houses.
Man exhales an abominable smell!
We all know it – birds, crabs, rats.
He provokes disgust and fear.
Trembling.
To feed on wisteria flowers, on the bark of palm trees,
to dig up roots in cold, humid soil
And to dance after a fresh night. To look at the full moon,
to reflect in one's eyes the sleek light of lunar
Agony.
To burrow in a mouse hole for the time when wicked Boreas
will search for me with his cold, bony fingers
in order to squeeze my little heart under the blade of his claw
a cowardly mouse heart –
A palpitating crystal.
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