I
Sálvate de tu madre y del padre de tu madre
y de la madre del padre. Sálvate de tus hijos
y de los hijos de tus hijos. Sálvate de la tradición,
de la escoria. Sálvate por el hallazgo, por la ambición
de entrar solo por una puerta que da a un lugar solo.
Sálvate y queda mirando ese desierto: ciénagas de hambre,
ciénagas de sombra;
sé un sueño solo sin voces ni gritos: tu huésped
Jorge García Sabal (Balcarce, Argentina, 1948 - Buenos Aires, 1996), Sutura, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1994
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