Nosotros creíamos tanto
en el vínculo de la existencia,
pero ahora, miro hacia atrás y, sorprendentemente,
me pareces, juventud mía, que por tu colorido
no me perteneces y por tus rasgos no eres válida.
Si se piensa, es como si la bruma de las olas
se encontrara entre tú y yo, entre encallar y hundirse;
o como ver una línea de postes y a ti de espaldas,
en bicicleta, yendo directamente hacia el ocaso.
Tú no eres yo hace mucho tiempo, eres un esbozo,
el héroe de cada primer capítulo, pero cuántos años
creímos en la continuidad del camino, desde el húmedo valle
hasta el alto brezo.
Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899- Montreux, 1977), Poemas desde el exilio, Pre-Textos, 2001
Traducción de Macarena Carvajal
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