Envuelta en ropa sucia que te dejo
me dejo ir subida a tres saludos
familia mía ustedes me retornen
amiguen ese andén hasta la casa
qué rieles toquen vidas paralelas
qué vidas cruz en señas de los trenes.
Somos cuatro. Dos (por cuatro)
en la rosa de los vientos
a la luz cardinal de nuestras noches
brillamos más, fugaces
multiplicados todos por la espera.
Quien se va prendiendo del que queda
una moral, un guiño de linterna a
campo abierto arrastra su valija.
La cargo sola. Pido mi descarga:
desde atrás, escudo de la muerte,
brazos cruzados de mi abuela
en candelabro.
Vida de living, 1991
Otra vez en el bar de las mujeres
me tomo la copa del olvido.
"El tango es macho"
cantan mis amigas
pero según el tango
ellas son musas tristes
o se ven
como muñecas marchitas
de vodevil.
Y a juzgar por mí
(gran olvidada de mí)
no sé si nosotras ahora
formamos una orquesta
de señoritas
o sin son ellos muchachos de antes
los que ahora tocan de oído
nuestro repertorio
mientras nosotras
antes también pero de apurar la copa
ya entonábamos mal.
Tango Bar, 1998
Antepasados
¿Adónde van?
Me voy con ellos desciendo de mis hijos
hasta donde quieran llegar astros rodantes
si a la hora del nacimiento calcularon ascendiente
no lo abandonen más.
Desde el Mar Negro hasta el Estrecho
se naturalizan conmigo de mí vienen
chicos de apellido descompuesto
viajando para ser argentinos
inmigrantes por vomitar en cubierta
dados vuelta nos vuelven a nosotros
como vinilo rayado de beatles
de Rusia para acá
y de aquí a la URSS que fue
dueños de un desierto que avanza
bisabuelos de la nada.
El ghetto, 2003
Tamara Kamenszain (Buenos Aires, 1947-2021), La novela de la poesía. Poesía reunida, Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2012
Más poemas de Tamara Kamenszain en Otra Iglesia Es Imposible, Altazor, Nueva Provenza, La Ficción del Olvido, Vallejo & Co. Emma Gunst
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Qué ganas de leer más de Tango Bar, gracias!
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