lunes, diciembre 02, 2024

Edith Södergran / A Eros


Eros, el más cruel de todos los dioses,
¿por qué me trajiste a la tierra oscura?
Al crecer, las niñas
son excluidas de la luz
y lanzadas a un cuarto oscuro.
¿No flotaba mi alma como una estrella feliz
antes de ser atrapada en tu anillo rojo?
Mira, estoy atada de manos y pies,
siente, estoy obligada a todos mis pensamientos.
Eros, el más cruel de todos los dioses:
no huyo, no espero,
solo sufro igual que un animal.

Edith Södergran (San Petersburgo, Rusia, 1892 – Raivola, Finlandia, 1923), Periódico de Poesía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 12 agosto, 2019
Versión de Petronella Zetterlund

 
Till Eros

Eros, du grymmaste av alla gudar,
varför förde du mig till det mörka landet?
När flickebarnen växa till
bliva de utestängda från ljuset
och kastade i ett mörkt rum.
Svävade icke min själ som en lycklig stjärna
innan den blev dragen i din röda ring?
Se, jag är bunden till händer och fötter,
känn, jag är tvungen till alla mina tankar.
Eros, du grymmaste av alla gudar:
jag flyr icke, jag väntar icke,
jag lider endast som ett djur.
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domingo, diciembre 01, 2024

María Mascheroni / De "Hoy no hay tiempo para la eternidad"



Comenzó después de su muerte y dejé que sucediera. No se 
trata de recuerdos, aunque participe a pleno la memoria.
Decidí, una y otra vez, no abandonar la conversación. Sucede 
que hablo de un vínculo incorpóreo, sideral, extraterreno. 
La transformación sufrida por ambas partes es definitiva.


*

Así es que no está. Se aproxima cada día. Con sigilo intenta 
acercar la palma de su mano a mi cabeza. Yo me distraigo, 
pienso: ¿son humanos los muertos madre? ¿o las especies 
no existen en tus dominios? Y entonces, ¿qué ahora?

La ignorancia me separa de la muerte, empaña los días 
con una nostalgia protectora.

Hay días en los que no concibo su muerte como algo material 
y la atraigo hacia mí con toda la fuerza que puedo encontrar 
en las palabras descubro en mí una convicción que no 
conocía: existe un plano inmaterial donde el encuentro 
puede producirse.

*

Madre se inclina, pide por favor que me aquiete, dice que
existe enlazada a los pájaros y los caballos del cielo y encuentra 
allí cercanía con su Dios. ¿Madre, dónde te detenés, cómo, 
cómo te acercás?

Una pluma cae delicada y en tiempo real a mis pies. Y madre
se ilumina, ríe ante esa constatación de su presencia en mi mundo. 
Una permanencia sin remedio. Ese amor.

Antes de saber si ya es el día, de abrir los ojos, pensar: voy a 
salir con madre, a caminar, a mirar las nubes, los espejos de
agua salpicados de aves blancas, los tonos alterados del otoño. 
Antes, detrás de mis ojos, en la órbita. Antes madre dónde.


*

Son humanos. Los muertos. Son humanos, madre.
¿Sos ahora una suerte de animal fabuloso como en aquella
Enciclopedia de las cosas que nunca existieron? ¿Recordás?

Una mezcla, ¿una aleación? caballo, Dios, ave nocturna, 
mujer. El rostro un girasol salvaje una corona de niños 
como plumas reales.

Un motor de mil caballos avanza por ese mundo prodigioso.
Vamos a correr, levanto vuelo en el impulso. Ya no vas
a dejarme voy como las cosas que no existieron jamás. 
Firme a tu lado.

Entonces, los animales fabulosos existen y rodean nuestros
               sueños

María Mascheroni (Buenos Aires, 1958)

Hoy no hay tiempo para la eternidad
,
Hilos Editora,
Buenos Aires, 2024









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Foto: María Mascheroni / Facebook