Lecuna y Baralt
Desolaciones, nuevos paisajes, cielos tórridos
mientras el autobús avanzaba por la autopista
bajo los altos reflectores de luces amarillas,
próximo a entrar a la terminal, seguro semidormida.
Entonces, recuerdo, pensaba en mi madre
y siempre en las calles de mi país muy lastimado.
Tomaba un café o dos, entre mendigos
y noctámbulos, con sus frentes sudadas,
y aguardaba el clarear de la ciudad de mala fama,
sin comprender mucho en dónde estaba.
(Los exilios de alguna forma nos dejan en el aire,
como levitando; ¿en cuál mar desembocará
esta historia que parece sin ley y sin medida?)
La avenida Lecuna, con sus comercios, se extendía
aún en sueños, bajo la mañana que ya se prometía
olorosa a monóxido, a café largo y frituras.
La realidad me escribe
Hay poemas, Lubio, que es mejor no escribirlos;
sería como deslizar la lapicera sobre algo ya escrito
y cuyos signos se fueron arraigando en los años,
no con vocales, consonantes, sino con aires, voces...;
estaríamos haciendo una copia, o un intento
de copia, que nunca podría ser sino un agregado.
La realidad también escribe sus poemas en nosotros
hondamente, como si fuéramos una pizarra o un papel
repleto de caminos y muelles que se fueron dibujando.
A menudo, sobre todo cuando me detengo en los tiempos
(o en sus momentos más vívidos, o entrañables),
yo los leo y releo, no sin emoción y no sin sorpresa.
Entre Puerto La Cruz y Cumaná
Apunte en el autobús
Tiene sus colores y resplandores, y tiene gracia
y aire abierto, pero es dura, muy dura, la vida
en Venezuela, locha a locha, en la costa, la sabana
y los cerros. A veces, todo se borra con un trago,
pero hacia el fondo de la pizarra, alguna letra
a medio borrar y honda siempre queda
como un murmullo o una lágrima de nadie.
Se anuncia en los rostros, en la parada de autobuses
y en las miradas de las mujeres de los pueblos.
Tiene sus colores y tiene, como en un poema
de Palomares, ese sabor a seguir andando
entre parientes, caminos, memorias y sudores
de estos nacimientos silvestres y estas suertes...
Eduardo Dalter (Buenos Aires, 1947), Semeruco. De Güiria a Maracaibo, inédito
Envío de Rolando Revagliatti
Más poemas de Eduardo Dalter en Eduardo Dalter. Sitio Oficial, Noticias Día por Día, Crear en Salamanca, Festival de Poesía de Medellín, El Nuevo Cántaro, Lexia
---
Foto: Gentileza del autor
No hay comentarios.:
Publicar un comentario