La ceniza que deja el espiral
encendido frente a la puerta de la cocina
recuerda a las sibilas del pantano
sin embargo es metódica como un monje
se comporta como un perro viejo
arremolinado sobre sí mismo
pero claro
ella no lo sabe
es ceniza
apenas un producto de consumo para los mosquitos
de pronto entra una brisa leve
tiemblan las cortinas y se desconcierta
igual que los sentimientos
amarrados a la mesa
entonces la mujer vieja
se apoya en el pedernal de Isaías
se pone de pie suavemente
igual que un león
confiesa
la soledad es el modo que pasas por el mundo
a nadie le importa la poesía.
Azucena Salpeter (Formosa, Argentina, 1942), Facebook/Azucena Salpeter, 5 de febrero de 2023
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