Me llaman y voy.
Es un camino congelado
pasada la medianoche, nieve
menuda atrapada en las rígidas roderas.
Se abre la puerta.
Sonrío, entro y
me sacudo el frío.
Hay una mujer corpulenta
acostada de lado en la cama.
Está enferma,
quizá tiene vómitos,
quizá sufre dolores
para dar a luz
a su décimo hijo. ¡Alegría! ¡Alegría!
¡La noche es una habitación
oscurecida para amantes,
a través de las persianas el sol
ha enviado una aguja dorada!
Le aparto el cabello de los ojos
y contemplo su sufrimiento
con compasión.
William Carlos Williams (Rutherford, Nueva Jersey, Estados Unidos, 1883-1963), "The Sour Grapes" (1921), The Collected Poems of William Carlos Williams, vol. I, 1909-1939, edición a cargo de A. Walton Litz y Christopher MacGowan, New Directions, Nueva York, 1986
Versión de Jonio González.
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Foto: William Carlos Williams en su casa, Rutherford, Nueva Jersey, c.1955 Graphic House/Archive Photos/Getty Images
COMPLAINT
They call me and I go.
It is a frozen road
past midnight, a dust
of snow caught
in the rigid wheeltracks.
The door opens.
I smile, enter and
shake off the cold.
Here is a great woman
on her side in the bed.
She is sick,
perhaps vomiting,
perhaps laboring
to give birth to
a tenth child. Joy! Joy!
Night is a room
darkened for lovers,
through the jalousies the sun
has sent one gold needle!
I pick the hair from her eyes
and watch her misery
with compassion.
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