De las fuerzas supremas a las fuerzas elementales
Día ventoso, nubes dóciles
perdiéndose hacia el oeste
por la zona de los hospitales
donde a último momento se las confunde
con la cama vacía de alguien
que se recuperó de una enfermedad
o de otro que usó la suya
hasta las últimas consecuencias.
Es un aire donde una chica
podría apoyar su vestido y hacerlo flotar,
sopla para nosotros, oh dios de las bombachas.
En la puerta de las lavanderías
se siente al pasar
el vapor tibio de las planchas
al contacto con la tela
y el efluvio te arrastra a pensar
en los méritos necesarios
para ganarse la ropa limpia,
una mujer, una cuerda donde secarla,
sobre todo un caudal suficiente
para mezclarlo con jabón.
Como ocurre con el cuerpo
el 70% es agua,
con el 30 real
he arruinado mi vida.
Francisco Bitar (Santa Fe, 1981), Ropa vieja: la muerte de una estrella, Ediciones Stanton, Buenos Aires, 2011
Ilustración: Evening Wind, 1921, Edward Hopper
Qué buen poema, don. Quedan ganas de leer más. Gracias, Irene
ResponderBorrardialoga con james wright esa última frase. lindo poema
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