jueves, agosto 02, 2007

La madera lo llama


Sueño con carpintero

La madera lo llama.
Su infantil aroma de pupitre
lo convence
de que el amor es posible.
Tornea en su mente
paisajes ajenos;
el resto son sus manos
a la obra, la luz
que es tanta y sin sentido.
El carpintero hace música de sierra,
pinta la falta
que le hacen los sillones.

Nada en su memoria está quieto.
Pero nada lo turba.
Las imágenes pasan
por orden a sus planos
como muñecos de cucú.
Hoy es el trabajo más amado:
la escultura del aire,
el hielo de la boca,
el apretado corazón de las tenazas.

Eduardo Mileo (Buenos Aires, 1953), Poemas del sin trabajo, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2007

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