martes, julio 31, 2007

Jorge Teillier / De "Para un pueblo fantasma"

39
Si el mismo camino que sube
es el que baja
lo mejor es mirarlo
inmóvil desde una ventana.

40
Los charcos
abren ojos aterrados
al oír a los patos.

41
Mientras no cesan los golpes de los dados
tres bicicletas relucientes y frías
esperan pacientes y cabizbajas
afirmadas en la pared de la cantina.

42
Fuego bajo las cenizas.
Y en el muro
la sombra de los amigos muertos.

Jorge Teillier (Lautaro, Chile, 1935 -Viña del Mar, Chile, 1996), Para un pueblo fantasma, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso-Concejo Nacional del Libro y la Lectura.
Salesianos, sin dirección del impresor, Chile, 2003.

Foto: Teillier con su hija, Carolina. La Ligua, 1993. Universidad de Chile

2 comentarios:

  1. Tal vez nunca debí salir del pueblo
    Donde cualquiera puede ser mi amigo.
    Donde crecen mis iniciales grabadas
    En el árbol de la tumba de mi hermana.

    El aire de la mañana es siempre nuevo
    Y lo saludo como un viejo conocido,
    Pero aunque sea un boxeador golpeado
    Voy a dar mis últimas peleas.

    (J.T., del mismo libro)

    ResponderBorrar
  2. El poema posteado es impresionante. Cómo a pesar de la movilidad que podrían tener todas las cosas que se nombran: el camino, los patos, las bicicletas, se habla de todo desde una sensación de imposibilidad, de parálisis frente al mundo que el poema logra transmitir muy claramente hasta llegar a la sombra de los amigos muertos... genera una sensación física. Me gustaría leer ese libro.

    ResponderBorrar