6
Un niño me preguntó: ¿qué es la hierba?, trayéndola a manos llenas,
¿Cómo podría contestarle? Yo tampoco lo sé.
Sospecho que es la bandera de mi carácter tejida con esperanzada tela verde.
O el pañuelo de Dios,
Una prenda fragante dejada caer a propósito,
Con el nombre del dueño en alguna punta, para que lo veamos y lo notemos y
nos preguntemos, ¿de quién?
O sospecho que la hierba misma es un niño, el recién nacido de la tierra.
O un jeroglífico uniforme,
Que significa: crezco por igual en las regiones vastas y en las estrechas,
Crezco por igual entre los negros y los blancos,
Canadiense, piel roja, senador, inmigrante, a todos me entrego y a todos recibo.
Y ahora se me figura que es la cabellera suelta y hermosa de las tumbas.
Te usaré con ternura, hierba curva.
Acaso hayas brotado del pecho de los jóvenes,
Acaso, si estuvieran aquí, yo los amaría,
Acaso hayas brotado de los ancianos, o de los niños arrancados del regazo
de la madre,
Y ahora eres el regazo de la madre.
Esta hierba es demasiado oscura para haber brotado de los cabellos blancos
de las madres ancianas,
Más oscura que las descoloridas barbas de los ancianos,
Demasiado oscura para haber brotado de sus pálidos paladares.
¡Ah! Percibo al fin otras tantas lenguas que hablan,
Y comprendo que no han nacido en vano de esos paladares y de esas bocas.
Quisiera traducir los susurros sobre los muchachos y muchachas muertas,
Y los susurros sobre los ancianos y las madres y sobre los niños arrebatados
de sus regazos.
¿Qué piensas que ha sido de los jóvenes y de los ancianos?
¿Qué piensas que ha sido de las mujeres y de los niños?
Están sanos y bien en algún lado,
El retoño más débil prueba que no existe la muerte,
Y que si alguna vez existió lo hizo para impulsar la vida, y no espera que la
destruya el fin,
Y no ha cesado desde el momento que surgió la vida.
Todo progresa y se dilata, nada se viene abajo,
Y morir es algo distinto de lo que muchos supusieron, y de mejor augurio.
Walt Whitman (West Hills, Estados Unidos, 1819 – Camden, Estados Unidos, 1892), Hojas de hierba, selección, traducción y prólogo de Jorge Luis Borges, Editorial Lumen, Barcelona, 1972
Foto: Walt Whitman, s/f, probablemente en Nueva York Walt Whitman Archive
Song of Myself
6
A child said What is the grass? fetching it to me with full hands;
How could I answer the child? I do not know what it is any
more than he.
I guess it must be the flag of my disposition, out of hopeful green
stuff woven.
Or I guess it is the handkerchief of the Lord,
A scented gift and remembrancer designedly dropt,
Bearing the owner's name someway in the corners, that we may
see and remark, and say Whose?
Or I guess the grass is itself a child, the produced babe of the
vegetation.
Or I guess it is a uniform hieroglyphic,
And it means, Sprouting alike in broad zones and narrow zones,
Growing among black folks as among white,
Kanuck, Tuckahoe, Congressman, Cuff, I give them the same, I
receive them the same.
And now it seems to me the beautiful uncut hair of graves.
Tenderly will I use you curling grass,
It may be you transpire from the breasts of young men,
It may be if I had known them I would have loved them,
It may be you are from old people, or from offspring taken soon
out of their mothers' laps,
And here you are the mothers' laps.
This grass is very dark to be from the white heads of old mothers,
Darker than the colorless beards of old men,
Dark to come from under the faint red roofs of mouths.
O I perceive after all so many uttering tongues,
And I perceive they do not come from the roofs of mouths for
nothing.
I wish I could translate the hints about the dead young men and
women,
And the hints about old men and mothers, and the offspring taken
soon out of their laps.
What do you think has become of the young and old men?
And what do you think has become of the women and chil-
dren?
They are alive and well somewhere,
The smallest sprout shows there is really no death,
And if ever there was it led forward life, and does not wait at the
end to arrest it,
And ceas'd the moment life appear'd.
All goes onward and outward, nothing collapses,
And to die is different from what any one supposed, and luckier.
Leaves of Grass (1891–92), The Walt Whitman Archive
Un niño me preguntó: ¿qué es la hierba?, trayéndola a manos llenas,
¿Cómo podría contestarle? Yo tampoco lo sé.
Sospecho que es la bandera de mi carácter tejida con esperanzada tela verde.
O el pañuelo de Dios,
Una prenda fragante dejada caer a propósito,
Con el nombre del dueño en alguna punta, para que lo veamos y lo notemos y
nos preguntemos, ¿de quién?
O sospecho que la hierba misma es un niño, el recién nacido de la tierra.
O un jeroglífico uniforme,
Que significa: crezco por igual en las regiones vastas y en las estrechas,
Crezco por igual entre los negros y los blancos,
Canadiense, piel roja, senador, inmigrante, a todos me entrego y a todos recibo.
Y ahora se me figura que es la cabellera suelta y hermosa de las tumbas.
Te usaré con ternura, hierba curva.
Acaso hayas brotado del pecho de los jóvenes,
Acaso, si estuvieran aquí, yo los amaría,
Acaso hayas brotado de los ancianos, o de los niños arrancados del regazo
de la madre,
Y ahora eres el regazo de la madre.
Esta hierba es demasiado oscura para haber brotado de los cabellos blancos
de las madres ancianas,
Más oscura que las descoloridas barbas de los ancianos,
Demasiado oscura para haber brotado de sus pálidos paladares.
¡Ah! Percibo al fin otras tantas lenguas que hablan,
Y comprendo que no han nacido en vano de esos paladares y de esas bocas.
Quisiera traducir los susurros sobre los muchachos y muchachas muertas,
Y los susurros sobre los ancianos y las madres y sobre los niños arrebatados
de sus regazos.
¿Qué piensas que ha sido de los jóvenes y de los ancianos?
¿Qué piensas que ha sido de las mujeres y de los niños?
Están sanos y bien en algún lado,
El retoño más débil prueba que no existe la muerte,
Y que si alguna vez existió lo hizo para impulsar la vida, y no espera que la
destruya el fin,
Y no ha cesado desde el momento que surgió la vida.
Todo progresa y se dilata, nada se viene abajo,
Y morir es algo distinto de lo que muchos supusieron, y de mejor augurio.
Walt Whitman (West Hills, Estados Unidos, 1819 – Camden, Estados Unidos, 1892), Hojas de hierba, selección, traducción y prólogo de Jorge Luis Borges, Editorial Lumen, Barcelona, 1972
Foto: Walt Whitman, s/f, probablemente en Nueva York Walt Whitman Archive
Song of Myself
6
A child said What is the grass? fetching it to me with full hands;
How could I answer the child? I do not know what it is any
more than he.
I guess it must be the flag of my disposition, out of hopeful green
stuff woven.
Or I guess it is the handkerchief of the Lord,
A scented gift and remembrancer designedly dropt,
Bearing the owner's name someway in the corners, that we may
see and remark, and say Whose?
Or I guess the grass is itself a child, the produced babe of the
vegetation.
Or I guess it is a uniform hieroglyphic,
And it means, Sprouting alike in broad zones and narrow zones,
Growing among black folks as among white,
Kanuck, Tuckahoe, Congressman, Cuff, I give them the same, I
receive them the same.
And now it seems to me the beautiful uncut hair of graves.
Tenderly will I use you curling grass,
It may be you transpire from the breasts of young men,
It may be if I had known them I would have loved them,
It may be you are from old people, or from offspring taken soon
out of their mothers' laps,
And here you are the mothers' laps.
This grass is very dark to be from the white heads of old mothers,
Darker than the colorless beards of old men,
Dark to come from under the faint red roofs of mouths.
O I perceive after all so many uttering tongues,
And I perceive they do not come from the roofs of mouths for
nothing.
I wish I could translate the hints about the dead young men and
women,
And the hints about old men and mothers, and the offspring taken
soon out of their laps.
What do you think has become of the young and old men?
And what do you think has become of the women and chil-
dren?
They are alive and well somewhere,
The smallest sprout shows there is really no death,
And if ever there was it led forward life, and does not wait at the
end to arrest it,
And ceas'd the moment life appear'd.
All goes onward and outward, nothing collapses,
And to die is different from what any one supposed, and luckier.
Leaves of Grass (1891–92), The Walt Whitman Archive
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