El violeta se escurre sin remedio.
Las ramas de los sauces no logran retenerlo.
Trabajan las sombras
sin delinear
más que su propio contorno.
Algún caballo pastando.
Las luminarias que se encienden.
En la desolación de este suburbio
nada es diferente
de sí mismo.
Sólo la luz cambió.
(Pero Monet
ya no está para apreciarlo).
Alicia Waisman (Buenos Aires), Ser hablada, Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario