jueves, diciembre 06, 2007

Girri y el modernismo

En 1946, Alberto Girri publicaba su primer libro, "Playa sola", el que tal vez sea preciso recordar hoy por singulares motivos: se inscribe en una época dominada en la poesía argentina por un taciturno romanticismo esteticista, que se manifestaba en versos de métrica y rimas regulares, como si la forma realizara en realidad la paradójica función de evocar, románticamente, un clasicismo crepuscular. Girri se hizo cargo de la época, esto se ve cuando se vuelve a leer "Playa sola"; pero que el suyo haya sido un libro distinto, aunque comprometido con el contexto, no resulta tan importante como el segundo rasgo que lo caracteriza: la reescritura de otra tradición, la modernista (el modernismo de Darío y Herrera y Riessig) con el punzón, el estilo, que sería luego de Girri a lo largo de su extensa obra. Aquello que él decía deberle a Borges: “El me mostró la posibilidad de una concisión epigramática, de una sintaxis estricta en el español, cosas que en un principio me parecían inalcanzables”. No bastó el reconocimiento para que Borges dijera a su vez, en una de sus más perfectas boutades: “De Girri puedo decir esto: a veces no lo he entendido; pero siempre que lo he entendido, lo he admirado”. La rigurosidad de Borges en la prosa, que en su máxima expresión es sorprendente y arrobadora, se había hecho ya extrema en la poesía de Girri, conocido y desdeñado por su aspereza y compleja parquedad.
Vamos a lo que quería señalar: la reescritura de la poesía parnasiana y modernista, con un lenguaje contemporáneo, razonado, en muchas piezas del libro, y en una esencial de la literatura argentina, el poema “La fuente”, que alude a las fuentes versallescas del modernismo, y comienza:

“Esta tarde con su estricto abandono,
la fuente
es un viejo soldado melancólico”.

Es menester leer este libro para entender cómo en él Girri comienza la desnaturalización de las ideas, la poesía y la cultura que trabajaron nuestras vidas (yacen aún en el rococó de los antiguos edificios). Fue su nuevo vigor severo y místico lo que hizo que el monje trapense Thomas Merton le escribiera: “La imagen casera del hombre es su enemigo. Debe ser destruida con palabras directas y paradojas. Tal es tu obra religiosa, mérito y sacrificio. ¡Golpea fuerte, Girri, con gracia metafísica!”.


Sábado 3 de julio de 2006 Ñ 140



La fuente

Esta tarde con su estricto abandono
la fuente
es un viejo soldado melancólico.
El aire impera, impera la voluntad del polen
y leones alimonados
acechan la carne dormida de la hiedra.
Desplomada en silencio,
entre un coro verde de cazadores de moscas
vuelven los pobres Narcisos
y montan guardia.

Es la fuente, y su tiempo,
las infinitas generaciones de escarabajos,
las cumplidas efemérides del amor,
nombres veloces, veloces gentilezas registradas.

(Malamente impresa en la base
la calle oriental cambia la vida
y sería irreverencia no pensar en hashish y sociedades secretas).

Alberto Girri, Obra poética I. Corregidor, Buenos Aires, 1977

Foto de Susana Mulé

4 comentarios:

  1. Saludos Jorge...

    Sin tiempo de leer pero con tiempo de saludar desde Catamarca!

    Pasas?

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  2. Precisoso poema! tengo una preguntonta... es que soy amateur en esto de la poesía. Me pregunto si esas repeticiones perseguidas por Girri como: "El aire impera, impera la voluntad" y "nombres veloces, veloces gentilezas..." tienen algún nombre técnico. Apreciaría mucho una respuesta de quien sea :)
    Gracias al que lea. Y gracias Jorge por postear el poema.

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  3. Qué tal Perro, te referís a si paso por Catamarca o por tu blog? Por tu blog paso, sí, y me interesa
    Saludos!

    Natalia: el recurso retórico que usa Girri en los dos versos que citás lleva el poco recordable nombre de "anadiplosis", o "conduplicación" o peor aun, "epanástrofe", según acabo de ver en mi viejo manual de retórica. Su utilidad es la de aclarar o dar más fuerza o precisión a la idea, o indicar la presencia de una segunda idea en la que primero se ha formulado, como en estos dos casos. No creo que Girri haya pensado en el nombre de lo que hacía, se trata de recursos que se adquieren en el ejercicio de la escritura o del habla. Gracias por tu comentario. Pasaré por tu blog

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  4. Trato de encarar siempre la poesía de Girri con la mayor predisposición. Pero me resulta tan solemne, tan parco y no sé por donde entrarle. Será por eso que me gustan, más bien, poetas tan antágonicos a él. Uno de mis grandes misterios es descubrir su poesía. Cosa que no he logrado aún. Pero estamos en eso.
    Con razón me sonaba tanto este artículo mientras iba leyendo, era de Ñ!
    Salud!

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