jueves, febrero 21, 2008



... Para cuya inteligencia es de saber que, para que una alma llegue al estado de perfección, ordinariamente ha de pasar primero por dos maneras principales de noches, que los espirituales llaman purgaciones o purificaciones del alma. Y aquí las llamamos noches, porque el alma, así en la una como en la otra, camina como de noche, a escuras.
La primera noche o purgación es de la parte sensitiva del alma (...) y la segunda es de la parte espiritual (...)
Y esta primera noche pertenece a los principiantes al tiempo que Dios los comienza a poner en el estado de contemplación, de la cual también participa el espíritu (...). Y la segunda noche o purificación pertenece a los ya aprovechados al tiempo que Dios los quiere ya poner en el estado de la unión con Dios; y esta es la más escura y tenebrosa y terrible purgación...


San Juan de la Cruz, Subida del monte Carmelo. Poesías completas, Hyspamérica, Buenos Aires, 1982.

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