El sol pega en la cocina, juega
con las sonrisas ladeadas y desmañadas
de platos y tazas.
Cerrados los visillos
la luz irrumpe en la oscuridad como metralla.
En el reflejo, como un cuadro de Sisley
tiembla la iglesia de San Pietro.
La falsa acacia cuida al viento, cubre al sol
y a todo ruido que se acoja en su fronda
monumental. Al fondo el valle,
sus otros ruidos y humos,
su descompuesta placidez.
Pedro Serrano (Montreal, 1957), Desplazamientos. Candaya, Barcelona, 2006
Foto: s/d
Jorge: me gusta mucho este poema y también el anterior "visita", (lástima el que a mi juicio es un pequeño desarreglo con los tiempos verbales). Tal vez me gusten tanto porque son miniaturas narrativas, como aquellas postales de Amarcord. Gracias por presentarme a gente tan interesante.
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