El ideal es la brutalidad, una buena crítica debería funcionar como una guillotina, de ella debería más bien salir sangre que otra cosa. Pero realmente creo, con alguna experiencia, que eso no está al alcance de los hombres y que, en el fondo, sin poder llegar hasta el fin, y sin poder matar a quienes no se ama ni verdaderamente llevar al cielo a los que se ama, no queda más que permancer en una suerte de modestia.
George Bataille, Una libertad soberana, Paradiso, Buenos Aires, 2007
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