lunes, marzo 31, 2025

Liliana Ponce /Poemas





Horizontal/Vertical
11
Como una ilusión, así como hablo y siempre que se habla.

Esta tentativa se disipa,
asciende con pasos lentos
haciendo nacer un conjuro semejante a ese hilo temido
sobre algunas omisiones y la transición.

La idea se desvanece detrás del vidrio del ojo,
atravesando reflejos recíprocos,
extendiéndose sobre la corteza aérea del placer
hasta la visión del deseo.

A mí
y a todo lo que uno
fuera de sus garras, de su hambrienta torre,
donde el polvo viene de la noche
a posarse sobre la piel,
ella arranca estas escamas
situadas en un cuerpo que no distinguiría,
estas escamas de mi aspecto actual,
cuando nado y me deslizo entre paredes de nieve.

Exposiciones
8
III
Mares infinitos.
En los bordes, el pensamiento levanta su espiral de hielo.
La araña acecha bajo la lámpara andrógina
Hay un silencio de mármol en la extensión de las cenizas.

Monólogos que fluyen.
Frases tomadas, redes vegetales
que absorben toda forma flotante.
Hebras —palabras en los orígenes del placer
apartando obstinadamente vidrios, reptiles,
cubriendo las esferas nocturnas.
Hombres gusanos viven al abrigo de la ausencia,
a sus propios ojos desaparecen.

Composición (1984)

Urbs dixit

Esperaba una llamada cuando
en pleno Buenos Aires fueron liberados
y desapareció todo vestigio
—proverbial astucia.
Brotaron los temores
(a veces conviene callarse).

A la misma hora y a metros del lugar,
recolección de basura,
máquinas tragamonedas
y en esos paseos, tolderías y colchones,
juegos, bancos, cestos, bebederos,
vecinos que venden sus propias pertenencias
y sueñan con volver al empleo
—una emoción social,
una emoción ligada al propio yo.

La noche avanza en el bar:
dos voces para respirar otro aire.
El país de donde había salido
ya no existía
—existe sólo en el pasado
(está en la mira, aguarda).

A la misma hora y a metros del lugar,
sobre el caracol del paso a nivel, rezaron,
y un tren aminoró su marcha.

Soportar demoras o no poder viajar,
o hacer una huelga, cortar un puente.
Una fuerza fuera de control:
con guantes y uniformes desfilaron
en la calle peatonal
paralela al muro de ladrillos.
Brotaban los temores
—la violencia es hija de la violencia.

Paseante y Huésped (2016)

Liliana Ponce (Buenos Aires  1950) " La intención y el azar"  Op. Cit.,  entrevista y selección de poemas de Silvana Franzetti, marzo 23, 2025

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domingo, marzo 30, 2025

Carlos Drummond de Andrade / Poema de la necesidad




Es preciso casar a Juan,
es preciso soportar a Antonio,
es preciso odiar a Melquíades,
es preciso sustituirnos todos.

Es preciso salvar el país,
es preciso creer en Dios,
es preciso pagar las deudas.
es preciso comprar una radio,
es preciso olvidar a fulana.

Es preciso estudiar volapuk*
es preciso estar siempre borracho,
es preciso leer a Baudelaire, 
es preciso recoger las flores
de las que rezan viejos autores.

Es preciso vivir con los hombres,
es preciso no asesinarlos,
es preciso tener manos pálidas
y anunciar EL FIN DEL MUNDO.

*Lengua artificial de comunicación internacional, antecesora del Esperanto. 

Sentimento do Mundo, 1940.

Carlos Drummond de Andrade (Itabira, Brasil, 1902 - Rio de Janeiro, Brasil, 1987 )
Traducción de Ricardo Ruiz

Más poemas de Carlos Drummond de Andrade, traducidos por distintos traductores, en Otra Iglesia Es Imposible


Poema da necessidade


É preciso casar João,
é preciso suportar Antônio,
é preciso odiar Melquíades
é preciso substituir nós todos.

É preciso salvar o país,
é preciso crer em Deus,
é preciso pagar as dívidas,
é preciso comprar um rádio, 
é preciso esquecer fulana.

É preciso estudar volapuque*,
é preciso estar sempre bêbado,
é preciso ler Baudelaire,
é preciso colher as flores
de que rezam velhos autores.

É preciso viver com os homens,
é preciso não assassiná-los,
é preciso ter mãos pálidas
e anunciar O FIM DO MUNDO.

*Volapuk: Língua artificial de comunicação internacional, antecessora do Esperanto.
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Foto: Carlos Drummond de Andrade, Templo Cultural Delfos

sábado, marzo 29, 2025

Maggie Smith / La madre



La madre es un arma cuya
carga sos vos, pequeña bala.

La madre es un cristal a través del cual
te ves, con detalles insoportables, a vos mismo.

La madre es un paisaje.

Fijate que ella piensa en un árbol

y forma un bosque con ese pensamiento repetido.
Antes de la invención de la cursiva

la madre es manuscrito.
La madre es cielo.

Mirala, con su chal de estorninos,
cómo lleva el zumbido de las alas sobre sus hombros.

La madre es un prisma.
La madre es un revólver.

Mirá cómo pasa la luz a través de ella.
Mirá cómo abre fuego.

Maggie Smith ( Columbus,  Estados Unidos, 1977),Waxwing Literary Journal, Biblioteca Ignoria
Versión de Isaías Garde

Más poemas de Maggie Smith en Otra Iglesia Es Imposible


The Mother


The mother is a weapon you load
yourself into, little bullet.

The mother is glass through which
you see, in excruciating detail, yourself.

The mother is landscape.
See how she thinks of a tree


and fills a forest with the repeated thought.
Before the invention of cursive


the mother is manuscript.
The mother is sky.

See how she wears a shawl of starlings,
how she pulls the thrumming around her shoulders.

The mother is a prism.
The mother is a gun.

See how light passes through her.
See how she fires.
---

viernes, marzo 28, 2025

Andreas Altmann / Las palabras más vacías



las cartas no fueron devueltas.
si hubiera algo que decir.
las palabras estarían más vacías. Con suavidad caen.
alrededor de la habitación se hizo la casa.
alrededor de la casa se deslizan las calles.
sin más seguimos conectados todavía.
solo el mar da de beber a esta red.
se puede olvidar. me encanta el mar.
te entiendo bien. mejor callar.
y seguite hacia atrás con tu mirada.
compartimos los viejos amigos. de ellos
rara vez hablamos. y en cierto modo no tienen voz.
va a estar bien. cuando sobrevueles el mar.
el mundo es más angosto de lo que imaginamos.
cada uno disfruta en otros lugares.
quiero alejarlos aún más
tal vez exagere. la vida es más rápida
que nosotros en las cosas. que perseguimos.
y uno siempre muere primero.
de eso estoy seguro. como si estuviera muerto.
diciendo esto me quedé dormido.

Andreas Altmann (Hainichen, Alemania, 1963). Augen der Worte. Gedichte aus zehn Jahren, Rimbaud, Aachen,2004.


die worte leerer

die briefe sind nicht zurückgekehrt.
wenn es etwas zu sagen gäbe.
würden die worte leerer. so leicht fallen sie.
um das zimmer hat sich das haus gestellt.
um das haus kriechen die straßen.
ohne weiteres sind wir so noch verbunden.
nur das meer tränkt dieses netz.
läßt es vergessen. ich liebe das meer.
verstehe dich gut. besser schweig.
und geh dir aus deinen augen nach.
die alten freunde teilen wir uns. über sie
reden wir selten. und irgendwie ohne stimme.
es wird gut sein. wenn du das meer überfliegst.
die welt ist enger als wir früher noch glaubten.

jeder verlebt sich an anderen stellen.
ich will sie weiter voneinander entfernen.
vielleicht übertreibe ich. leben ist schneller
als wir in den dingen. die wir verfolgen.
und einer stirbt immer zuerst.
bin ich mir sicher. als wäre ich tot.
dabei schlief ich ein.
---
Foto: Andreas Altmann, Leipzig,  2014 Wikimedia Commons

jueves, marzo 27, 2025

Christophe Manon / De "Puerta del Sol"




“¿Raíces? Todo el mundo tiene raíces”,
dice William Carlos Williams,
eso no representa el menor interés.
Hay que dejar descansar en paz
a aquellos cuyo recorrido aquí abajo terminó
y no intentar saldar las cuentas del pasado,
bajo riesgo sino de agitar nuestros propios espectros.
Los muertos son insensibles a las historias,
no necesitan ser tranquilizados,
donde están ya nada los concierne.
Eso que removemos,
eso que buscamos obstinadamente,
eso sobre lo que investigamos sin descanso,
no son más que ensoñaciones, frágiles apariencias
desprovistas de cuerpo y de realidad
que solo interesan a los vivos.
Los muertos, ellos, no tienen historias,
al menos, creo,
ya no buscan tenerlas.

*

Solo los vivos reclaman relatos
y las palabras que utilizamos
están animadas solo por nuestro deseo
de querer a todo precio despertar a los muertos
por su invocación sonora,
porque tememos ser al final
como ellos indiferentes al impenetrable
desorden de los acontecimientos.
Mantener desde luego el recuerdo,
pero no hay nada que restaurar,
nada de verdad que pueda ser reparado.
¿Conservar un registro, testimoniar? ¿Pero sobre qué?
En el fondo, las crónicas de los tiempos pasados
quizás solo son escritas para confirmar
nuestro propio sentimiento de existencia.
Y si a veces hacemos un alto,
si estamos tentados a veces
de darnos vuelta un instante
para echar una última mirada hacia atrás
sobre aquellos que amamos,
cuidémonos sobre todo de no permanecer
petrificados por lo que vemos, y procuremos
lo antes posible continuar por el mundo
la trayectoria que nos es asignada.

Christophe Manon (Burdeos, Francia,1971), Porte du Soleil, Éditions Verdier, Paris, 2023. 
Traducción de Mariano Rolando Andrade

*

« Des racines? Tout le monde a des racines »,
 dit William Carlos Williams, 
cela ne présente pas le moindre intérêt. 
Il faut laisser reposer en paix 
ceux dont la course ici-bas est achevée 
et ne pas tenter de solder les comptes du passé, 
au risque sinon d’agiter nos propres spectres. 
Les morts sont insensibles aux récits, 
ils n’ont pas besoin d’être apaisés, 
où ils sont plus rien ne les concerne. 
Ce que nous remuons, 
ce que nous cherchons obstinément, 
ce sur quoi nous enquêtons sans relâche, 
ce ne sont que des songes, de frêles apparences 
dépourvues de corps et de réalité 
qui n’intéressent que les vivants. 
Les morts, eux, sont sans histoires, 
du moins, je crois, 
ne cherchent-ils plus à en avoir.

*

Seuls les vivants réclament des récits 
et les mots dont nous usons 
ne sont animés que par notre désir 
de vouloir à tout prix réveiller les morts 
par leur invocation sonore, 
car nous craignons d’être à la fin 
comme eux indifférents à l’impénétrable 
fouillis des événements. 
Entretenir certes le souvenir, 
mais il n’y a rien à restaurer, 
rien en vérité qui puisse être réparé. 
Garder trace, témoigner, mais de quoi? 
Au fond, les chroniques des temps passés 
peut-être ne sont écrites que pour confirmer 
notre propre sentiment d’existence. 
Et si parfois nous faisons halte, 
si nous sommes tentés parfois 
de nous retourner un instant 
afin de jeter un ultime regard en arrière 
sur ceux qui nous sont chers, 
prenons garde surtout de ne pas demeurer 
pétrifiés par ce que nous voyons, et tâchons 
au plus vite de poursuivre par le monde 
la trajectoire qui nous est assignée
---
Foto:  Thomas Deschamps

miércoles, marzo 26, 2025

Günter Grass/ En caso necesario, garbanzos




Como he perdido la risa,
aprendo ahora,
con ayuda de objetos usados,
por ejemplo mirando una goma de borrar,
a divertirme.

Tras larga contemplación, los guantes
de jardinero de mi mujer
que, juntos como para rezar,
están sobre la mesa de la cocina,
me parecen bastante cómicos.

O bien encuentro en el bosque
a un hombre, de cuarenta y tantos,
del que, atados corto, tres teckel de pelo duro
tiran cada cual en su dirección,
lo que me hace soltar la carcajada.

Así, con esfuerzo diario, finjo alegría.

Günter Grass (Ciudad libre de Danzig, actual Gdansk,Polonia, 1927-Lübeck, Alemania, 2015,Payaso de agosto, Bartleby Editores, Madrid, 2009. 
Traducción de Miguel Sáenz.
Envío de Jonio González
Mäs poemas de Günter Grass en Otra Iglesia Es ImposibleA Media Voz


NOTFALLS KICHERERBSEN
Weil mir das Lachen vergangen ist,
lerne ich jetzt,
mich mit Hilfe gebraucher Gegenstände,
zum Beispiel angesichts eines Radiergummis
zu erheiten.
Nach längerem Hinschauen werden mir
die Gartenhandshuhe meiner Frau,
die, gefalter wie zum Gebet,
auf dem Küchentisch liegen,
ziemlich komisch.
Oder ich treffe in Wald
einen Mann, Mitte vierzig,
den an kurzen Leinen drei Rauhhaardackel
in jeweils verschiedene Richtung zerren,
worauf mir Gelächter gelingt.
So, tagtäglich bemüht, mache ich mich lustig.
---

martes, marzo 25, 2025

Ricardo Zelarayán / Pioja



Rezongado rezongo de palabra renga. Pelo y barro.


La horca... limpita. La horquilla puñalea seis veces por vez.

Puñaladas finas, bien clavadoras...¡Y a la puña!


Arado entierra y desentierra. Peine grueso y fino, suave y

liendre, piojo nomás. No saltona pulga. Roña y sangre.

La piedra aguanta, aguantaraz.


Madera, ¡já! Madera y avispas clavadoras. Una siesta basta.

¿Seguro? La carne sin revés se las arregla. Cae una gota loca.

Dos, tres... A la baba nomás mientras el río corra.


Ricardo Zelarayán (Paraná, Argentina, 1922-Buenos Aires, 2010),Roña criolla, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1991

---

lunes, marzo 24, 2025

Eugenio Montale /El arca



La tormenta de primavera ha revuelto
el paraguas del sauce
en el torbellino de abril
quedó enredado en el huerto el vellocino de oro.
que esconde mis muertos,
Mis perros de confianza, mis viejos
guardianes - ¿cuántos desde entonces?
(cuando el sauce era rubio y yo le arrancaba
rizos con la honda),bajaron vivos
en la trampa. La tormenta
sin duda los reunirá bajo ese techo.
de antes, pero lejos, más lejos que antes
de esta tierra atónita donde hierven
cal y sangre en la huella del
pie humano. El cucharón humea en la
cocina, una ronda de reflejos
se concentra en caras huesudas, hocicos aguzados y
la magnolia del fondo los protege si
un soplo allí la arroja. La tormenta
primaveral agita con ladridos
de fidelidad mi arca, oh perros perdidos.

Eugenio Montale (Génova, Italia, 1896 - Milán, Italia, 1981), "La bufera e altro", 1956, Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2004
Versión de Jorge Aulicino

L'arca 

La tempesta di primavera ha sconvolto 
l'ombrello del salice, 
al turbine d'aprile 
s'è impigliato nell'orto il vello d'oro
che nasconde i miei morti, 
i miei cani fidati, le mie vecchie 
serve - quanti da allora 
(quando il salce era biondo e io ne stroncavo 
le anella con la fionda) son calati, 
vivi, nel trabocchetto. La tempesta 
certo li riunirà sotto quel tetto 
di prima, ma lontano, più lontano di 
questa terra folgorata dove bollono 
calce e sangue nell'impronta del 
piede umano. Fuma il ramaiolo in 
cucina, un suo tondo di riflessi 
accentra i volti ossuti, i musi aguzzi e 
li protegge in fondo la magnolia se 
un soffio ve la getta. La tempesta 
primaverile scuote d'un latrato 
di fedeltà la mia arca, o perduti
---
Foto: El Debate

domingo, marzo 23, 2025

Alexis Romero /De "La inclinación",3



La paciencia de las nubes

anota las cosas que viste
dile no a la temperatura que enferma el cuerpo

cántale al pájaro
que amanece triste por ti

borra las palabras dictadas
por el humus que ambiciona tus manos
no llames a los caracoles
no enciendas las velas para maldecir el viento

no me nombres
mientras recuperas el afecto
donde alguna vez durmió mi flaqueza

la casa de mi padre
es la habitación de mi desprecio
por la íntima paciencia de las nubes
que están para decirnos a quién no debemos mencionar


Los días anteriores 

una forma de la decadencia
agregué a mi cuerpo

no usaré más las palabras alma y espíritu
tal como las heredé de mi familia

quitaré los rieles
debo desviar el tren donde viajo sin paisajes

el mal es transitivo
me lo dicta el miedo que hallé en los hoyos
donde incendiábamos los desperdicios de los días anteriores
---
Alexis Romero (San Félix, Venezuela, 1966), La inclinaciónFundación La Poeteca, Caracas, 2021

---

sábado, marzo 22, 2025

Freda Laughton / Ahora soy una torre de oscuridad




De niña supe
que más allá del círculo de la lámpara
yacía la sombra de la sombra
de esta oscuridad,

esperando con un beso glacial
en el hueco de la escalera,
lista para cubrir la cama con visiones
que ningún párpado puede vencer.

Ahora soy una torre de oscuridad
cuyas ventanas, abiertas hacia adentro, 
miran allá abajo la marea de pensamientos.
Y en esta campana sensitiva,

por el silencio de los ojos ahuecada,
la mente su badajo hace oscilar.
Y se resuelve la vida en relaciones
de cadencia y disonancia.

Freda Laughton (Bristol, Reino Unido, 1907-Irlanda, 1945), A Transitory House, Jonathan Cape, Londres, 1945
Versión de Jonio González

NOW I AM A TOWER OF DARKNESS

As a child I knew
How, beyond the lamp’s circuit,
Lay the shadow of the shadow
Of this darkness,

Waiting with an arctic kiss
In the well of the staircase,
Ready to drape the bed with visions
No eyelids can vanquish.

Now I am a tower of darkness,
Whose windows, opening inward,
Stare down upon tidal thoughts.
And in this responsive bell,

Hollowed by the silence of the eyes,
The mind swings its clapper.
And life resolves into relationships
Of cadence and dissonance.
---

viernes, marzo 21, 2025

Cesare Pavese / Crepúsculo de areneros



Las barcazas remontan despacio, a pulso, pesadas;
casi inmóviles, espuman la viva corriente.
Es ya casi de noche. Aisladas, se detienen:
se debate y estremece la pala bajo el agua.
De hora en hora, otras barcas han llegado hasta aquí.
Muchos cuerpos de mujer han cruzado en el sol
sobre esta agua. Han bajado al agua o saltado a la orilla
a debatirse en pareja, alguna, sobre la hierba.
En el crepúsculo, el río está desierto. Dos o tres areneros
han bajado, con el agua hasta la cintura, y excavan el fondo.
El gran frío en las ingles agota y adormece las espaldas.

Aquellas mujeres no son más que un blanco recuerdo.
Las barcazas en la oscuridad descienden, pesadas de arena,
sin un corcovo, rasantes: hay un hombre sentado
en cada punta y un grano de fuego les arde en la boca.
Cada par de brazos trajina su remo,
una tibieza desciende sobre las piernas agotadas
y lejos se encienden las luces. Desaparecieron las mujeres
que a la mañana llevaban en las barcas, tendidas,
mientras que un joven, parado en la punta, remaba sudando.
Eran bellas esas mujeres: alguna descendía,
semidesnuda y desaparecía riendo con algún compañero.
Cuando cualquier atolondrado venía a buscar pelea,
los areneros levantaban la cabeza y la injuria moría
sobre la mujer acostada, como si estuviese ya desnuda.
Ahora vuelven los estremecimientos, entrevistos en la hierba,
a ocupar el silencio. Y cada cosa se concentra
en la punta de fuego, que vive. Ahora el ojo
se pierde en el humo invisible que sale de la boca
y las piernas recuperan el empujón de la sangre.

A la distancia, sobre el río, cintilan las luces
de Turín. Dos o tres areneros ha encendido,
sobre la proa, el fanal, pero el río está desierto.
La fatiga del día querría adormecerlos
y sus piernas están casi destruidas. Alguno no piensa
sino en atracar la barcaza y caer sobre la cama
y comer en el sueño, quizá soñando.
Pero alguno vuelve a ver aquellos cuerpos en el sol
y tendrá aún la fuerza de ir a la ciudad, bajo las luces,
a buscar, riendo, entre la muchedumbre que pasa.

Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, Italia, 1908 - Turín, Italia, 1950), "Trabajar cansa", Poesía completa, traducción de Jorge Aulicino, Barnacle, Buenos Aires, 2025

Más poemas de Cesare Pavese en Otra Iglesia Es Imposible
Una selección de poemas de Pavese en italiano en Avamposto
Una introducción a los poemas de Pavese en Op. Cit.


Crepuscolo di sabbiatori

I barconi risalgono adagio, sospinti e pesanti;
quasi immobili, fanno schiumare la viva corrente.
È già quasi la notte. Isolati, si fermano:
si dibatte e sussulta la vanga sott'acqua.
Di ora in ora, altre barche son state fin qui.
Tanti corpi di donna han varcato nel sole
su quest'acqua. Son scese nell'acqua o saltate alla riva
a dibbatersi in coppia, qualcuna, sull'erba.
Nel crepuscolo, il fiume è deserto. I due o tre sabbiatore
sono scesi con l'acqua alla cintola e scavano il fondo.
Il gran gelo dell'inguine fiacca e intontisce le schiene.

Quelle donne non sono che un bianco ricordo.
I barconi nel buio discendono grevi di sabbia,
senza dare una scossa, radenti: ogni uomo è seduto
a una punta e un granello di fuoco gli brucia alla bocca.
Ogni paio di braccia strascina il suo remo,
un tepore discende alle gambe fiaccate
e lontano s'accendono i lumi. Ogni donna è scomparsa,
che il matino le barche portavano stesa
e che un giovane, dritto alla punta, spingeva sudando.
Quelle donne eran belle: qualcuna scendeva
seminuda e spariva ridendo con qualche compagno.
Quando un qualche inesperto veniva a cozzare,
sabbiatori levavano il capo e l'ingiuria moriva
sulla donna distesa come fosse già nuda.

Ora tornano tutti i sussulti, intravisti nell'erba,
a occupare il silenzio e ogni cosa s'accentra
sulla punta di fuoco, che vive. Ora l'occhio
si smarrisce nel fumo invisibile ch'esce di bocca
e le membra ritrovano l'urto del sangue.

In distanza sul fiume, scintillano i lumi
di Torino. Due o tre sabbiatori hanno acceso
sulla prua il fanale, ma il fiume è deserto.
La fatica del giorno vorrebbe assopirli
e le gambe son quasi spezzate. Qualcuno non pensa
che a attracare il barcone e cadere sul letto
e mangiare nel sonno, magari sognando.
Ma qualcuno rivede quei corpi nel sole
e avrà ancora la forza di andare in città, sotto i lumi,
a cercare ridendo tra la folla che passa.
---

jueves, marzo 20, 2025

Carlos Guido y Spano / Dos poemas



Nenia*

En idioma guaraní,
una joven paraguaya
tiernas endechas ensaya
cantando en el arpa así,
en idioma guaraní:

¡Llora, llora urutaú
en las ramas del yatay,
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú ­
¡llora, llora urutaú!

¡En el dulce Lambaré
feliz era en mi cabaña;
vino la guerra y su saña
no ha dejado nada en pie
en el dulce Lambaré!

¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!
Todo en el mundo he perdido;
en mi corazón partido
sólo amargas penas hay ­
¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!

De un verde ubirapitá
mi novio que combatió
como un héroe en el Timbó,
al pie sepultado está
¡de un verde ubirapitá!

Rasgado el blanco tipoy
tengo en señal de mi duelo,
y en aquel sagrado suelo
de rodillas siempre estoy,
rasgado en blando tipoy.

Lo mataron los cambá
no pudiéndolo rendir;
él fue el último en salir
de Curuzú y Humaitá ­
¡Lo mataron los cambá!

¡Por qué, cielos, no morí
cuando me estrechó triunfante
entre sus brazos mi amante
después de Curupaití!
¡Por qué, cielos, no morí!...

¡Llora, llora, urutaú
en las ramas del yatay;
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú-
¡Llora, llora, urutaú!

* Canción fúnebre



Amira

Conocéis a la rubia y tierna Amira?
¡Qué belleza, qué flor, qué luz, qué fuego!
Su andar se ajusta al ritmo de la lira,
Hay en su voz la suavidad de un ruego.

El flamenco nadando en la laguna
Entre el verde juncal, no es más gallardo:
Espira un vago resplandor de luna,
Tiene la fresca palidez del nardo.

Hace soñar; la mente se colora
De su candor al virginal destello;
Se sueña con las rosas, con la aurora,
Con las hebras de luz de su cabello.

Parece que un espíritu celeste
Siguiéndola invisible la perfuma,
Y que su blanca y ondulante veste
Por el aire agitada hiciese espuma.

Ayer la vi pasar en lontananza,
E imaginó mi alma entristecida,
Era el ángel de la última esperanza
Que buscaba, el sepulcro de mi vida.

Carlos Guido y Spano (Buenos Aires 1827-1918), Poesías completas, Maucci Hnos, Buenos Aires, 1911,  Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
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Foto: Carlos Guido y Spano en la portada de la revista Caras y Caretas, 1918



miércoles, marzo 19, 2025

Mario Levrero / Ello




Algo late, algo crece en el altillo.
Se sospecha verde, se teme con ojos.

Se presume fuerte, blando, traslúcido, maligno.

No debemos, no queremos, no podemos verlo.

Para hablar de ello solamente usamos adjetivos, y no nos miramos a los ojos.

No usamos la crujiente escalera; no nos detenemos a escuchar junto a la puerta; no tomamos el picaporte y lo hacemos girar; no abrimos la puerta del altillo.
La máquina de pensar en Gladys, 1970

Mario Levrero (Montevideo, 1940- 2004)  Biblioteca Ignoria 

Más poemas de Mario Levrero  en Zenda, Poetas Siglo XXI
---
Foto:

martes, marzo 18, 2025

Jonio González / Mudez




¿estás preparado
racimo
para el vino?

nube escondida
en la sucesión de noches
diáspora del cuerpo
es la herida

¿temes o deseas
flor
la llovizna?

sentido imaginario
última excusa
temor de encontrar
en el lugar vacío

[inédito]

Jonio González (Buenos Aires, 1954)

Foto: Jonio González /Facebbok

lunes, marzo 17, 2025

Jorge Fondebrider / Dos poemas




¿En qué consiste ser normal?
 
Acaso en guardar las apariencias
porque, al decir “normal”, “normalidad”,
hablamos de conceptos,
de ideas construidas y no de realidad. Pensemos:
cualquier familia,
cualquier unión entre personas que se quieran
engendra siempre error, a veces desencuentros
disfuncionalidad. Pensemos
en qué consiste ser normal
cuando hay un cuerpo que no somos,
un gusto que es ajeno
olor del sol que no sentimos, sombras, piedras,
un cielo inconcebible y es Finlandia
donde jamás se oyó la voz de nuestra suerte.
Pensemos en el límite de todo
que acaso nos impone guardar las apariencias,
saber que hay otra cosa y no nombrarla
por no saber cómo se nombra
la sombra del leopardo contra el pasto,
su rápida carrera. Ahora pensemos
en las reglas arbitrarias de cada grupo humano. 


Pongámosle que hay viento

un viento que sacude ahora las ramas que se rompen,
cae el nido que estaba en construcción.
Recomenzar,
juntar palitos,
hurgar entre las piedras,
las cosas que uno hace todo el tiempo. 

Pongámosle que llueve y el agua se escurre entre las tejas,
deja un charco y no da tiempo,
como quien dice no llegamos, perdemos el avión.
 
Pongamos lo que sea, da lo mismo
saber o no saber las consecuencias.

[inéditos]

Jorge Fondebrider (Buenos Aires, 1956)

---
Foto: Jorge Fondebrider, Feria del Libro de Buenos Aires. 2015, Antonio Nava / Secretaria de Cultura Ciudad de México/Wikimedia Commons

domingo, marzo 16, 2025

Lucas Peralta/ De "Cenizar"




XV

Queríamos hacer tradición, donde no existía;
queríamos hacer también profecía para
diseñar la gracia y el destino de
nuestras próximas ciudades.
                                             José Lezama Lima

Un hueco en el milagro, ahí calla su huésped.

Ahí donde nadie mira lo insólito de las rúbricas,
donde lo concreto del mundo parece declinar
aquel ruidoso graznido que nada refleja, y que
manifiesta el desarrollo de las grietas y su destino.
Polvo sin sacrificio, piedra y polvo en este devenir.
Sin eco para ser oído, ni lugar para el testimonio.

Ahí cada cosa es una neblina de piedras donde se
oyen latir y correr aquellas viejas gotas de sudor
que brotaron de frentes cansadas y que tan sólo 
lograron humedecer lo que no se concretó en la
realidad. Un nuevo intento estéril de verse en el 
espejo, de alcanzar la entrelínea de las súplicas.

Ahí levantamos nuestras voces. Sin acaso saber
nombrar y antes que comience a secarse aquella
soledad en la boca del que poco dice, se insiste
en la tarea. A tientas buscamos aquel inamistoso
salmo con fe de que lo nombrado se corporice,
con esas ganas de hacer hablar a los objetos.


Ahí nada está para ser leído. Un espacio sin sol,
astroso, pisoteado por aquel deseo ardiente que,
no por imaginar plegarias, sino por fomentarlas,
se desmorona. Sin opciones. Indiferencia para el
ojo y sin sustituto para los vocablos. Tal es la fiel
e intacta costumbre: hacer tradición en el vacío.


Ahí se asentó la palabra y también su silencio.


XVII
Ya no ampara aquel icono, ya no basta. Se redujo
solo a un nombre, a una intención. Y su simple
presencia cuestiona aquellas palabras que, según
entendían, eran para siempre. Ahora lo que ellas
signifi can serán otro escenario propicio y ajeno
en disputa. Huellas apenas divisadas; trozos de
algo que muestra; un rezo que, de afónico, viene a
acoplar aquellos murmullos ajenos a toda última fe.

Se abandonó la tarea de los profetas que tan solo 
pueden predicar lo asido de los escombros. Hay 
veces que se ven como sombras de sueños, como
sonidos lejanos producto de aquel eco vacío en que
se convirtió la historia. Ya es escaso lo que los aúna.
Ciertas hilachas en sus gargantas y poco más. Y así,
con la labor roída, encumbran lo que queda de sus
restos y guardan lo poco que les queda de presencia.

Como cubiertos, todos, por el manto del silencio
y el olvido, el polvo alcanzó a tapar sus caminos.
Siempre alivia cierto estrago, alcanza para evocar
lo mismo siempre necesario. Recomenzar, una y 
otra vez. Antiguas y nuevas tumbas encierran los
rostros, lo mismo sucede con el cenizal de quien
queda y retorna con los labios cansados, los pies
desnudos y la boca seca, inconclusa, aplazada.

No hay reino: sólo el harapo, silencioso, el enigma
de ceniza que vino a empapar a esta tierra y a todo
su desastre. Vladímir Ilich Uliánov encastrado en
mi penúltima voluntad de silencio; en la ausencia
profunda, en los fi eles momentos perdurables de
los rezagados de la historia. Vuelve a hacer estallar
los iconos, límpiate de aquello que ciertos profetas
olvidaron. Y empieza, nuevamente, a nacer o morir.

Lucas Peraltaa (Avellaneda, Argentina, 1977) Cenizar, publicará Barnacle

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Foto: Carla Meza / Facebook

sábado, marzo 15, 2025

Weldon Kees / Regreso




Mucho ruido y pocas nueces:
he regresado
con las manos tan vacías como cuando me fui.


Aunque los bosques estaban llenos,
y más allá del sendero
las gruesas ramas cargadas de frutos


se doblaban hasta la altura de mis rodillas,
me había propuesto que mi viaje
fuese para buscar piedras.


Pero en la playa sólo había
espinas secas
de pescado, valvas y una vieja camisa


de algodón, un bote de goma,
un trozo de cáscara de limón.
No era lo que yo tenía en mente:

nada más que piedras.
Bien, los días están llenos.
Éste al menos se acaba.

Mucho ruido y pocas nueces:
he regresado
con las manos tan vacías como cuando me fui.

Weldon Kees (Beatrice, Estados Unidos, 1914 - desaparecido en San Francisco, Estados Unidos, 1955),  The Collected Poems of Weldon Kees, University of Nebraska Press, Lincoln, Nebraska, 2003
 Versión de  Jonio González

Más poemas de Weldon Kees en Encuentros de Lecturas, Zaidenwerg


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Much cry and little wool:
I have come back
As empty-handed as I went.

Although the woods were full,
And past the track
The heavy boughs were bent

Down to my knees with fruit
Ripe for a still life, I had meant
My trip as a search for stones.

But the beach was bare
Except for the drying bones
Of a fish, shells, an old wool 

Shirt, a rubber boot,
A strip of lemon rind.
They were not what I had in mind:

It was merely stones.
Well, the days are full.
This day at least is spent.

Much cry and little wool:
I have come back
As empty-handed as I went.
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Foto: Weldon Kees, California, 1951 Dan Wynn / Archivo de Dan Wynn

viernes, marzo 14, 2025

Carmen Ollé / De"Todo orgullo humea la noche"

 

Cavalcanti


Si una rosa no alcanzara la plenitud, de tu destreza -Guido-
no respondería.
La dama siempre de espaldas sonrió a un paisaje añorante.

Puesto que esa mujer más que razonar sueña, ella es en su
quietud más vieja que tu exilio,
y si otro besara su cuerpo amado ¿tu regreso no sería inútil?
Como cualquier locura, viento o blasfemia que mueva a quien
tanto ambiciona.
Puesto que esa mujer no ambiciona sino sueña se ha mantenido
joven en su pobreza.
Y si alguien derramara el vino atento sobre ella y otro la
besara en su coño, qué sería, entonces, si un viajero...


En el olvido
 

Deja ya Carmen de andar por ahí contando a
todos tus dolores;
con tanta queja a nadie haces bien y el culpable
se vanagloria,
Crece en riqueza y poder.
Dice que hay una tonta ya madura -aunque no
lo parezca- que vierte por él sangre.

Si tu cuerpo no alcanza en otro cuerpo la gloria:
que el sueño te recompense.

Carmen Ollé  (Lima, 1947), Todo orgullo humea la noche,  Lluvia Editores,  Lima,1988

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jueves, marzo 13, 2025

Czeslaw Milosz / Canción sobre el fin del mundo



El día del fin del mundo
La abeja gira encima de la flor de capuchina
El pescador repara una red brillante.
En el mar los delfines saltan alegres,
Los gorriones jóvenes se agarran del canalón
Y la serpiente tiene piel dorada, como la debe tener.

El día del fin del mundo
Las mujeres cruzan el campo bajo las sombrillas,
Un borracho se duerme a la orilla del césped,
En la calle pregonan los verduleros
Y una lancha con vela amarilla llega a la isla,
El son del violín en el aire persiste
Y abre la noche estrellada.

Y quienes esperaban relámpagos y truenos
Están decepcionados.
Y quienes esperaban señales y trompetas de arcángeles
No creen que esté sucediendo ya.
Mientras el sol y la luna están arriba,
Mientras el abejorro visita a la rosa,
Mientras nacen los niños rosados,
Nadie cree que esté sucediendo ya.

Sólo un viejito cano, que hubiera sido profeta,
Pero no es profeta porque tiene otro quehacer,
Dice amarrando los tallos de tomates:
No habrá otro fin del mundo,
No habrá otro fin del mundo.

Czeslaw Milosz  ( Šeteniai, Lituania, 1911- Cracovia, Polonia, 2004), Material de Lectura n° 108, selección y traducción  de Jan Zych, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México, 2011

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Foto: Czeslaw Milosz, Milán, Italia, 1993 Leonardo Cendamo/ Getty Images

miércoles, marzo 12, 2025

Rolando Revagliatti / Dos poemas




Quiero escribir


Papá
        quiero escribir
un libro lúbrico
                         obtuso
                                    alucinado
un libro que falte no escribir
el más atroz
más mal no escrito
ni siquiera
                 un poquito.


*


Rubia en movimiento


Aparece y desaparece
                                   rubia de verdad
te encuentra en su libreta
y llama por teléfono
                                cuando ya la olvidaste

viene y no viene
es detenida, pero se va
se deja retener huyendo
equidistante y cariñosa

te exige que la quieras
mientras la querés
te hace dudar
que es lo que precisa creer que advierte
para disparar
para arrancarse de vos
insostenible
                   tibia
                          disgustada.


Rolando Revagliatti (Buenos Aires, 1945), de su libro Obras completas en verso hasta acá, 3a. edición, 2022. Descarga gratuita

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Foto: Gentileza del autor