Carece de anillo
carece de anillo
pero no de sombrero
su cuerpo es redondo como un fruto
como una primavera al pie de un volcán
como el borde de un pájaro
cuando vuela como ella
o sea
como un pañuelo
donde los dioses se cultivan como plantas
que han perdido sus uñas
y ella es delgada y alta como el bronce
como una caja de dominó
las 28 fichas del juego
revueltas boca arriba unas del revés las
demás
como si todas fueran ella
es más
como si fuera un hombre
porque los dioses no tienen sombra ni
sombrero
ni agallas ni medallas
y se alimentan de los resucitados
de las corbatas voluntarias y los zapatos
negros
un dios no es otra cosa que un paraguas
roto
y el hombre no es un paraguas ni un dios
y esa mujer es hermosa como su reflejo en
unos ojos muertos
y esos ojos continúan abiertos mientras ella
se peina con la eternidad de una rosa
y sus cabellos son efímeros pero sus
ademanes son de oro
y si nos mirara dos veces nos duplicaría
y si nos mirara tres veces nos derrumbaría
como un himalaya o una madre
y tendríamos piedras y gaviotas y otras falsas
herencias
y volveríamos a inventar nefertiti
y nos esperarían con cebollas y travestis
y nos encogeríamos de hombros
porque cómo podríamos olvidarla
sin seducirla previamente con una pecera o
un dedal
Constantino Mpolás Andreadis (Buenos Aires), Literatura Constantino, 29 de julio de 2012
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Foto: Constantino Mpolás Andreadis, Facebook, 10 de julio de 2016
Excelente poema, para estudiarlo, por la originalidad, la frescura de la comparaciones y metáforas casi surrealistas.
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